Así lo indicó Orbán durante su intervención en la cumbre de Patriots que se celebra hoy en Madrid, que cuenta con Abascal como anfitrión y en la que participaron, entre otros, líderes de los partidos políticos que conforman este grupo europeo, como la líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen.

Dirigiéndose a Abascal, recordó que él está en el Gobierno, pero que tiene el récord de más tiempo en la oposición, 16 años, por lo que sabe “algunas cosas” sobre cómo llegar “de la oposición al Gobierno”. El nombre de este camino es “sufrir” y dijo que Abascal y Vox ya han sufrido “bastante”, por lo que “es tiempo” de que lleguen al Ejecutivo.

Puso en valor que los españoles fueron “los primeros” en apoyar a Hungría en 1956, cuando “nos rebelamos contra el comunismo”, unas palabras con las que el público se puso en pie a aplaudirle. “Lo nuestro es un antiguo y probado compañerismo de lucha y hoy, 70 años después, estoy en Madrid, a vuestro lado”, añadió, acabando con un “viva la reconquista”.

POLÍTICA DE HUNGRÍA

Hungría, comentó, no es un país que “despierte interés por su tamaño” ni por su ejército, sino que tiene “interés y cobra tensión por la política que está llevando a cabo”. Ensalzó que han construido una Hungría “libre, conservadora y cristiana”. A su juicio, su país es “el laboratorio de la política conservadora”.

Entre muchos ejemplos, Orbán destacó que este país sea defendido de la inmigración, ya que “ningún inmigrante ilegal puede entrar a Europa a través de nosotros”, por lo que el número de inmigrantes en Hungría “es 0”. Sus palabras sobre este tema despertaron muchos aplausos y vítores por parte de los asistentes.

En este sentido, el primer ministro de Hungría declaró que “la invasión de los inmigrantes ilegales, el remplazo de la población de Europa no es una teoría de conspiración”, sino que es “pura práctica”. Subrayó que “es hora de buscar nuevas teorías conspirativas porque las viejas han resultado ser todas ciertas”.

Continuando con su país, puso en valor que ha prohibido “la propaganda de género en las escuelas”; que el Estado “no penaliza el trabajo, al revés, lo premia”, y ha introducido en la Constitución que “todos los poderes del Estado tienen la obligación de defender la cultura cristina”, así como que “la madre es una mujer y el padre es un hombre”.

“ÉLITE GLOBALISTA”

Orbán explicó que hace 15 años, cuando “empezamos a enfrentarnos con la élite mundial progre” dijeron que era una “locura” y un “suicidio político”, pero “no les hicimos caso” y “por fin lo hemos conseguido, Hungría es la prueba viviente de que sí es posible, sí se puede conseguir”.

Por todo ello, manifestó, “la élite globalista nos odia”. “Los burócratas de Bruselas, los demócratas de Estados Unidos y la red internacional de Soros nos persigue, nos dan caza porque hemos protegido a nuestro país” mientras ellos “han arruinado a Europa”, dijo, al tiempo que celebró que “el tornado Trump ha cambiado el mundo en solo un par de semanas”.

A su juicio, “ha acabado una época”. “Ayer fuimos sus herejes, hoy somos el mainstream, ayer decían que éramos el pasado y hoy ya todos ven que nosotros somos el futuro”, manifestó, ensalzando que los “patriotas son los artífices del futuro en Estados Unidos, Países Bajos, Italia, Austria y Hungría”. “Somos muchos, somos grandes y somos fuertes”, declaró.

“HURACÁN TRUMP”

Por su parte, en su intervención, Le Pen centró gran parte de su discurso en poner en valor la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y aseguró que “estamos frente a un verdadero cambio mundial”. “El huracán Trump ha llegado” y “algo ha cambiado en todo el mundo”, garantizó la dirigente francesa.

Aprovechó su discurso para denunciar que la política energética de la Unión Europea es “un desastre” y que la política migratoria “escapa de cualquier control” está acabando con “nuestra tesorería” y “llenando nuestras prisiones”. Alertó de que los “dictados” de la UE parecen “ridículos y peligrosos para la paz en el mundo”.

A su vez, aseguró que los patriotas europeos “teníamos razón” cuando, entre otros ejemplos, se negaron a aceptar “la lógica del pacto de inmigración”. Además, criticó que la Unión Europea “no hace política, hace moral”, por lo que defendió que es necesario defender el lema “make Europe great again”. “Viva la verdadera Europa”, concluyó.