Así se pronunció Page, en declaraciones a los periodistas a su llegada al Comité Federal del PSOE en la sede de Ferraz, en las que prescribió como “inevitable”, ante la “situación política” que vive el país, el “diálogo en todas las direcciones”, preferentemente con la oposición en lo concerniente a los asuntos de Estado.

Destacó que ese diálogo ha de formularse de manera “transversal, no frentista”, porque, a su juicio, no es deseable que “nadie aliente la pérdida de las formas y la educación” en la gestión de los asuntos cotidianos de los españoles.

En lo referido a la situación en Cataluña, el presidente de Castilla-La Mancha subrayó que la Constitución “permite hablar de mucho, pero limita hablar de algunas cosas”, un extremo que se mostró convencido de que quedará asegurado en el Comité Federal de los socialistas.

A su juicio, en el fondo, en España “no hay tanto un problema de unidad, que es lo que le gustaría a la derecha radical, como de igualdad”, por lo que apuntó que quienes “más apoyamos, queremos y ansiamos la igualdad de España, somos los que más obligados estamos a defender su unidad”.

Esto le sirvió para recomendar al Gobierno de coalición que se autoimponga como labor primera el “evitar el privilegio social y territorial” en España.

Page también se refirió a si teme que se le afee su aparente discrepancia con la gestión de la crisis en Cataluña por parte de la dirección de su partido. Lo hizo para aseverar que “una cosa es que haya estabilidad orgánica y otra bien distinta es que no haya distintas opiniones”.

Por ello, se mostró conciliador al indicar que lo importante es que el PSOE sea capaz de conjugar la “distinta visión” de España que tienen los socialistas catalanes y castellano-manchegos por el bien del país.

Page retomo la cuestión catalana para augurar una legislatura “difícil, muy difícil” en la que espera que no se produzcan “retrocesos” ni se cuestionen los “parámetros constitucionales”, lo que le sirvió para afirmar que no espera, “porque no le conviene” que el PSC haga movimientos incómodos para el partido ante las próximas elecciones -aún sin fecha- en Cataluña.

Por último, atisbó “mejor voluntad” por parte del Gobierno que por parte del presidente de la Generalitat, Quim Torra, ante la mesa de diálogo bilateral que se pondrá próximamente en marcha.

Ello, enjuició Page, se debe a la cercanía de las elecciones catalanas y a la “división feroz” de ERC y Junts

“Entre todos, les tenemos que ayudar a salir del callejón sin salida en que se ha metido el independentismo”, remachó.