Así se deduce de una conversación informal del presidente con un grupo de periodistas en el Congreso de los Diputados, durante la cual reiteró su tesis de que es responsabilidad del Gobierno velar por el consenso en determinados asuntos de Estado.

Dice el presidente que él está siempre disponible para dialogar y señala, como trasfondo del actual clima de tensión entre ambos partidos, la proximidad de las elecciones gallegas en las que el PP, añade, se juega mucho.

Da a entender así que después de esa cita electoral, con un calendario por delante sin más elecciones, sería el momento adecuado para encauzar la relación entre el PSOE y el PP.

El presidente reconoce abiertamente su malestar con la actitud del PP ante la lucha antiterrorista. Dice, por ejemplo, que la lealtad se ofrece, no se pide, y que él siempre la ofreció al Ejecutivo mientras fue líder de la oposición.

No obstante, asegura que seguirá informando al líder del PP de todo lo que acontezca en la lucha antiterrorista de forma bilateral, aunque no baraja, por el momento, convocar unareunión del Pacto Antiterrorista.

Pese a las insistentes informaciones y rumores, el presidente no desvela si espera o no algún gesto de la banda terrorista ETA o de su entorno, cumpliendo su propia petición de no hablar de este asunto en los medios de comunicación.

Sí niega, sin embargo, que haya habido hasta ahora paso adelante alguno del Gobierno con los presos más favorables al fin de la violencia, saliendo así al paso de quienes apuntan a medidas preferentes por parte de Instituciones Penitenciarias hacia ese colectivo.

Sobre la manifestación convocada para el próximo sábado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) para rechazar explícitamente un diálogo del Gobierno con ETA, el presidente se limita a reiterar que es un ejercicio de libertad que no le preocupa.

Añade que no cree que se produzca ningún tipo de incidente, no ve motivo para ello, y se adelanta a las posibles acusaciones de contraprogramación que le puedan llover ese día por estar en una academia de la Guardia Civil en Baeza (Jaén), entregando los despachos a 4.000 nuevos agentes.

El presidente puntualiza que ese acto estaba previsto tiempo atrás y que fue la AVT quien adelantó su manifestación del día 11 al 4 de este mes.

En cuanto a las reformas estatutarias, el jefe del Ejecutivo espera también que, una vez pasadas las elecciones gallegas, Rajoy esté más dipuesto a un diálogo sincero y fluido entre el PSOE y el PP.

EL PP ESTA CAMBIANDO

Dice, en este sentido, que el PP se va mostrando gradualmente favorable a esas reformas, una vez que sus comunidades autónomas han dejado clara la necesidad de resolver algunos problemas y, por ejemplo, la Comunidad Valenciana ha acordado su propia reforma.

Al hablar de esa propuesta concreta, el presidente no ve problema alguno en la pretensión de esta comunidad de poder convocar elecciones autonómicas de forma independiente. Muy al contrario, se pregunta por qué no va a poder un presidente autonómico convocar elecciones si tiene, por ejemplo, una crisis de Gobierno.

Una cuestión que se ha encargado de resaltar en rueda de prensa el portavoz del Grupo Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando afirmó, tras el Pleno del Congreso, que el presidente del PP "ha cambiado radicalmente de posición, pasando del prietas las filas al rompan filas".

Se refería así a la asunción por parte de comunidades autónomas gobernadas por el PP, como Baleares o la Comunidad Valenciana, de postulados sobre financiación autonómica del tripartito catalán o los relacionados con la justicia.

Rubalcaba recordó que Rajoy le dijo al presidente del Gobierno en el pasado Debate sobre el Estado de la Nación que no contara con él para eso, "y hoy nos hemos enterado de que con él no, pero que con sus comunidades autónomas sí".

CONFERENCIA DE PRESIDENTES, EN JULIO

Por otro lado, el presidente, en su conversación con los periodistas, afirmó que baraja para mediados de julio la segunda Conferencia de Presidentes, y de sus palabras se desprende que el Gobierno está cediendo a las pretensiones de quienes prefieren estabilizarla en el Senado en lugar de celebrarlas en alguna comunidad autónoma.

Se podría ir al traste así la pretensión de Pasqual Maragall de celebrar esa segunda conferencia en Barcelona, una sugerencia a la que, en principio, parecían haber accedido los demás presidentes.

A esa Conferencia de Presidentes el Gobierno llevará una propuesta de financiación sanitaria que está ya prácticamente definida, y el presidente del Gobierno espera también que en esa reunión se sienten las bases de la nueva financiación autonómica.

Sólo sobre esas bases acordadas entre todas las comunidades autónomas, precisa el presidente, podría haber después negociaciones bilaterales que no alterarían en ningún caso el principio de multilateralidad en las conversaciones y de solidaridad y cohesión en el sistema.

El calendario con el que trabaja el Gobierno es que ese nuevo sistema de financiación autonómica se negocie a lo largo de todo el año 2006 y se apruebe en 2007, para su aplicación en 2008, de cara ya a una nueva legislatura.