El pináculo, una aguja de piedra labrada, tenía unos 3 metros de alturay pesaba 200 kilos. Su caída ha producido daños en el tejado de la capilla que cubre la sacristía catedralicia valorados en unos 8 millones de pesetas.

Azcónegui pidió a la Adminstración y a la Junta de Castilla y León más atención para los monumentos castellano-leoneses, con el fin de prevenir este tipo de eventualidades en el futuro.

Los trabajadores de la Escuela Taller Municipal comenzarán mañana, martes, los trabajos de desescombro y limpieza de la capilla sobre la que se derrumbó el pinácul. El coste de su reconstrucción se cargará a los fondos conseguidos recientemente con la campaña "Salvemos la Catedral".

"Lo primero que va a hacerse", dijo Francisco Azcónegui, "es tapar el hueco, para evitar que pase la lluvia, retiraremos los restos del pináculo, los numeraremos, y después, que la Junta decida cómo quiere hacerlo". Por su parte, el consejero de Cultura, Emilio Zapatero, aseguró "haber dado ya instrucciones para una acción inmediata en el pináculo".