#40añosBiodiversidad

El veneno, el uso del suelo y la despoblación rural, retos para proteger especies en España

- El lince, el águila imperial y el buitre negro, casos de éxito de animales amenazados

MADRID
SERVIMEDIA Mario García

Expertos en biodiversidad y cambio climático aseguran que los cambios en los usos del suelo, los cebos envenenados, la despoblación rural y los tendidos eléctricos son algunas de las principales amenazas y también retos a afrontar para determinadas especies protegidas en España.

Esta es una de las conclusiones de la tertulia social con ONG medioambientales dentro del ciclo de debates #40añosBiodiversidad, organizado por Servimedia con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad.

Los expertos indicaron que desde que se aprobó la Constitución Española hace 40 años se han producido avances positivos en la conservación de la biodiversidad, tanto en materia de legislación como de avance del conocimiento y de concienciación ciudadana, pero indicaron que existen varios retos pendientes.

El responsable del Programa de Especies de WWF, Luis Suárez, indicó que una de las principales amenazas ambientales en España es “la incapacidad de retener a la población rural” porque las personas que viven en el campo desempeñan un papel fundamental en la conservación de la naturaleza. “Hay que buscar ese equilibrio delicado entre la capacidad de gestionar de una manera sostenible nuestros recursos naturales con el hecho de que la gente tenga que vivir allí con una calidad de vida suficiente”, añadió.

La coordinadora del programa ‘Alzando el Vuelo’ de SEO/BirdLife, Sara Cabezas, comentó que “el cambio de los usos de los suelos está perjudicando muchísimo a la conservación de la biodiversidad”, esto es, el paso de “unos sistemas más tradicionales a otros más intensivos de cultivo para ofrecer más alimentos, que en muchas ocasiones ni siquiera llega a las mesas”, y puso como ejemplo el olivar intensivo en Jaén.

El presidente de Grefa (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat), Ernesto Álvarez, subrayó que en los últimos 15 años se ha producido “un incremento enorme de especies envenenadas por el uso de cebos envenenados” o productos químicos que se emplean en cultivos e indirectamente causan la muerte a algunas especies amenazadas, así como de aves electrocutadas por tendidos eléctricos, sobre todo águilas perdiceras y águilas de Bonelli.

El presidente del Grupo Español de Crecimiento Verde (GECV), Valentín Alfaya, recalcó que la principal amenaza para la biodiversidad es el cambio en el uso del suelo, que a su juicio es “lo que está poniendo en peligro muchas de las especies amenazadas”, y apostó por poner un valor económico al medio ambiente para evalular sus impactos (cifrados en 6,6 trillones de dólares como impacto global).

ESPECIES ICÓNICAS

Por otro lado, los expertos hablaron de la recuperación de algunas especies icónicas en los paisajes españoles que han ido recuperándose en los últimos años gracias a la coordinación de las administraciones públicas y las organizaciones con el fin de protegerlas.

Una de ellas es el lince ibérico. Suárez indicó que esta especie endémica de la Península Ibérica estuvo “al borde de la extinción” en 2002, cuando quedaban apenas un centenar de ejemplares sobre todo en Sierra Morena. Con el apoyo de la Fundación Biodiversidad para coordinar un censo nacional y de la Comisión Europea a través de la financiación de tres programa LIFE, y el trabajo de ONG en trabajos sobre el terreno, esta especie acabará este año por encima de los 600 ejemplares.

“Ya ha salido de la UVI de ‘especie en situación crítica’. Sigue estando en peligro, no hay que relajarse, pero cuando ponen esfuerzos las administraciones públicas y la sociedad civil y haces un trabajo serio y planificado, obtienes resultados”, añadió.

Otra especie emblemática es el águila imperial ibérica, cuya situación ha mejorado en la última década gracias en parte al trabajo desarrollado por el programa ‘Alzando el Vuelo’ de SEO/BirdLife. Cabezas comentó que en 1999 había apenas 130 parejas reproductoras y entonces se dio la “voz de alarma” con el inicio de varios cesos y trabajos sobre su distribución y el tamaño de las poblaciones. El trabajo con las administraciones públicas facilitó que la población actual de la especie supere las 500 parejas reproductoras.

El buitre negro y el águila de Bonelli también son especies que han mejorado en los últimos años. Álvarez indicó que ello se debe a la colaboración con agricultores, ganaderos y cazadores, entre otros colectivos. “Intentamos que el medio rural se implique y no actúe como en los años 60 y 70 arremetiendo contra esas especies”, añadió.

(SERVIMEDIA)
23 Dic 2018
MGR/pai