En este contexto, el presidente nacional de la entidad, Javier Moreno Marín, aseguró que “no es de justicia” aprovechar un hecho tan desgraciado como el fallecimiento de Sara Gómez mientras se realizaba una lipoescultura para “reivindicar una parcela laboral”.

En este sentido, afirmó que hay sentencias del Tribunal Supremo en el año 2003 que dictan que “la profesión médica es una y que la titulación de especialista en ningún caso da la exclusiva para el ejercicio profesional en un determinado ámbito”. “Un licenciado puede hacer cualquier actividad médica, siempre que disponga de la capacitación y la formación necesaria para realizar esta actividad”, indicó.

Además, el abogado de la entidad, Jesús García Corcobado, comentó que hay técnicas de cirugía estética que no se aprenden en el MIR y en la especialidad ya que no están incluidas entre las prestaciones de la Seguridad Social, por lo que los que quieren formarse en ellas “deben acudir a formarse a los mismo centros privados en los que se forman los cirujanos que no tienen la especialidad”.

Por todo ello, Moreno resaltó la importancia de centrarse en que lo más importante para la atención médica es “la formación, el conocimiento y la buena praxis”. “Entre médicos no existe intrusión”, expresó al tiempo que pidió “no banalizar la cirugía estética” ya que “el protocolo es idéntico al que se realiza en una cirugía de patologías”.

Respecto a la muerte de Sara Gómez, Moreno mostró su pesar por el fallecimiento y trasladó su pésame a los familiares y amigos, al tiempo que reconoció que cuando sucede un hecho de estas características, “es evidente que algo no ha ido bien”. En ese sentido, aseguró que no estaban allí para enjuiciar la labor del médico que realizó la intervención, pero que sí que pueden exponer que este colegiado no forma parte de su entidad y tampoco de la Sociedad Española de Cirugía Estética, “donde realizó la inscripción y le fue denegada porque no reunía los requisitos de capacitación requeridos por los estatutos de dicha sociedad”.

De este modo, explicó que para entrar en una sociedad científica, hay que aportar el nivel curricular, en el que se debe reunir un número mínimo de intervenciones “que acrediten que se tiene la formación conveniente y la capacitación oportuna para realizar con seguridad las técnicas de las que se ocupa”.

En este sentido, la médico forense y vocal de la entidad María de Luján Ferrer Caballero reflexionó sobre la importancia de ponerse en “el papel de la familia”, ante las repercusiones sociales que tiene un hecho como este y expresó la necesidad de que la justicia reúna todos los datos que pueda y “realice su función”.