Solo en la última semana, dos escuelas fueron atacadas, agregó Unicef. Los centros dañados o destruidos, 15 de 89, son parte del programa 'Escuelas Seguras' establecido por Unicef junto al Ministerio de Educación y Ciencia en respuesta a los ataques contra jardines de infancia y escuelas en la región de Donbás, que vive un conflicto armado latente desde 2014.

En el conjunto del país, cientos de instalaciones educativas han sido atacadas desde el estallido de la guerra en febrero, debido al uso de artillería pesada, ataques aéreos y otras armas explosivas en áreas pobladas. Otras están siendo utilizadas como centros de información, refugios, centros de suministro o con fines militares, agregó.

“El comienzo del año académico en Ucrania fue de esperanza y promesa para los niños después de las interrupciones por la covid-19”, afirmó Murat Sahin, representante de Unicef en Ucrania. “Sin embargo, el curso termina con cientos de niños asesinados y el cierre de aulas por la guerra", lamentó.

La asistencia a clase resulta "fundamental" para los niños en situaciones de crisis, pues les ofrece "un espacio seguro y una sensación de normalidad en los momentos más difíciles y garantiza que "no paguen un precio de por vida por el aprendizaje perdido", concluyó Sahin.