Fuentes de EH Bildu señalaron a Servimedia que los interlocutores del Ministerio que están pidiendo su voto favorable, y el de ERC, a la convalidación del decreto en la votación del Congreso de los Diputados prevista para el próximo 3 de febrero ya descartan introducir cambios en el decreto, en línea con la advertencia que el PSOE ha trasladado desde el principio de que éste debe ratificarse tal como está, para no desequilibrar el acuerdo entre los agentes sociales.

Lo que sí estarían ofreciendo desde el Ministerio son modificaciones en otras leyes que se tramitarán en las próximas semanas o meses y podrían afectar a la legislación laboral. Sin embargo, fuentes de Trabajo consultadas por Servimedia matizaron que "es que lo que piden los socios no afecta al texto del acuerdo de diálogo social", y de ahí su oferta.

Así, por ejemplo, detallan que acotar las causas del despido objetivo, como reclaman ERC y EH Bildu, "ya se ha hecho en la reforma", mientras que la parcialidad o la potenciación de la Inspección de Trabajo serían cuestiones extrínsecas al propio decreto. Finalmente, en cuanto a incrementar los días de indemnización por despido, justificaron no haberlo hecho en el decreto porque la patronal y los sindicatos no la pactaron en la mesa de diálogo social.

Desde la formación catalana se limitaron a indicar a esta agencia que "seguimos en el mismo punto" y no quisieron detallar el contenido concreto de las nuevas negociaciones. Tanto ERC como EH Bildu han reclamado continuamente que sus demandas se introduzcan en el decreto de la reforma laboral mediante su tramitación como proyecto de ley, pero esto es precisamente lo que descartan en el PSOE, que confía en poder convalidarlo sin estos partidos.

Ayer, en sus respectivas ruedas de prensa en el Congreso, el portavoz socialista, Héctor Gómez, y el presidente de Unidas Podemos, parecieron coincidir por primera vez en dejar para el futuro esas demandas de las formaciones soberanistas de izquierdas, lo que confirmaría el cariz de las ofertas a las que las fuentes consultadas por Servimedia han circunscrito las últimas negociaciones.

NO UN PUNTO FINAL

Gómez quiso aclarar a los grupos renuentes a la reforma laboral que ésta “no es un punto final” y que el Gobierno “está comprometido con la modernización permanente y la actualización del marco de relaciones laborales”, de forma que, tras la eventual convalidación del decreto, "se va a “continuar con el proceso de modernización” del mercado laboral, sin entrar en más detalles de en qué consistirán esos pasos ulteriores. “Es un avance sobresaliente pero seguiremos dando pasos”, prometió.

A su vez, Asens aseguró que las negociaciones de Trabajo con ERC “están yendo bien” y, aunque dijo no poder revelar el contenido de las mismas, sí quiso “trasladar un mensaje de optimismo”, y manifestó con vehemencia: “Creemos que vamos a llegar a un acuerdo con los socios de investidura”.

Constatando que ERC no rechaza aspectos del acuerdo para la reforma laboral que el Consejo de Ministros adoptó para su decreto, sino que le afea lo que se quedó sin incluir, Asens subrayó que “quedan dos años de legislatura” y “este acuerdo no es el punto final de nuestra agenda legislativa” ni “va a ser el último acuerdo importante al que vamos a llegar en materia laboral”. “No se agota la agenda legislativa del Ministerio y ahí hay mucho espacio por recorrer”, llamó la atención, y a partir de esa premisa defendió que “hay margen para llegar a un acuerdo”, un margen que “puede pasar por esa agenda legislativa posterior”.

Fuentes de EH Bildu rebajaron a esta agencia tal escenificación de optimismo y de negociaciones en marcha, y la atribuyeron a un intento de presionar a las dos formaciones independentistas de izquierda para que apoyen la convalidación del decreto, mediante el traslado a la opinión pública de la sensación de que el acuerdo está cerca y, si finalmente votan en contra, cargarles con la culpa de que las esperanzas se frustren. Hoy, precisamente, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se reúne en Barcelona con UGT y CCOO en un intento de aumentar la presión sobre ERC.

Sin embargo, tanto ERC como la formación abertzale consideran que ellos no tienen nada de lo que justificarse antes sus votantes, y que tendrá que ser Unidas Podemos quien explique a sus votantes por qué ha renunciado a sacar adelante una reforma laboral más ambiciosa por contentar a la patronal sacralizando como si fuera vinculante el acuerdo de la mesa de diálogo social, cuando hay una mayoría parlamentaria para ir más lejos. Al PSOE, en cambio, le perciben dentro de un giro consciente hacia el centro para el final de la legislatura.