La mujer, cuyo nombre responde a las iniciales Alicia G.T. de 70 años, llevaba cuatro días encerrada en su casa, situada en el número 27 de la calle Chile, en el distrito madrileño de Retiro, sin contestar a las llamadas de los vecinos.

Por este motivo, decidieron avisar a la policía el pasado sábado, ante el temor de que le hubiese ocurrido algún accidente o estuviera gravemente enferma. Además, de la casa salía un olor fuerte y desagradable.

Cuando los funcionarios entraron en la casa observaron un espectáculo dantesco, con centenares de kilos de basua, desperdicios y enseres viejos esparcidos por las habitaciones.

Al parecer, la mujer se dedicaba a recoger de la calle toda clase de objetos inservibles, cartón y materiales de desecho, que luego llevaba a su vivienda.

Los policías encontraron también los cadáveres de varios perros, de los que procedía un olor insoportable. La casa carecía de luz eléctrica y todas las ventanas estaban cerradas.

Después de trasladar a la anciana a un centro hospitalario, los policías municipales requirieronla presencia de miembros de la Sociedad Madrileña Protectora de Animales, para que se hicieran cargo de otros siete perros que había en la casa, la mayoría en estado de desnutrición, y algunos de ellos agonizantes.

14 AÑOS AGUANTANDO

Fuentes de este colectivo consultadas por Servimedia indicaron que los vecinos del inmueble llevan 14 años aguantando los malos olores procedentes de la vivienda, sin que las autoridades hayan atendido sus quejas, a pesar de haber denunciado el caso ante los responsable de Sanidad.

Uno de los miembros de la Sociedad Protectora de Animales que entró en el domicilio de la anciana describió de esta manera la vivienda: "Aquello era peor que una casa del terror. Las habitaciones tenían más de un metro de altura de cartones, muebles viejos y desperdicios de todas clases. Parece mentira que en el año del Madrid cultural existan casos como este ".

"Pudimos sacar siete perros con vida -dos chuchos y el resto, terriers de pelo duro, muy bonitos-. Cuatro estaban sueltos pr la casa y los demás, atados a las patas de una cama. Estaban tan famélicos que hasta se comían sus heces", añadió.

Por otra parte, la concejala de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, explicó que los empleados de limpieza, tras obtener la correspondiente autorización judicial, entraron esta tarde en el domicilio y cargaron dos camiones repletos de basura.