"THE ECONOMIST" ASEGURA QUE "ESPAÑA HA EXPERIMENTADO UNA TRANSFORMACION ARAVILLOSA CON GONZALEZ"

MADRID
SERVIMEDIA

La revista británica "The Economist", una de las más influyentes del mundo, asegura en su último número que el PSOE "se encamina casi con seguridad hacia la salida" como consecuencia principalmente de "el establisment español se está ahogando en un mar de corrupción", aunque afirma también que "España ha experimentado una maravillosa transformación desde queGonzález se convirtió en primer ministro en 1982".

"The Economist", tras subrayar que el Ejecutivo de Felipe González "está muriendo de pie", indica que desde la dimisión de Alfonso Guerra en 1991 por las irregularidades de su hermano Juan, "el Gobierno ha ido tambaleándose de un apuro a otro".

En un amplio artículo de tres páginas anunciado con un sumario en la portada de la revista bajo el título "España después de González", la revista enumera los distintos escándalos que acosaron al PSOE, com las irregularidades fiscales de Mariano Rubio, la fuga de Luis Roldán y el "caso Filesa", para señalar que la cuestión ahora es saber "qué les reemplazará (a los socialistas) y en qué medida será diferente".

"The Economist" hace una mención especial al "caso GAL", sobre el que textualmente, señala: "poca gente piensa que González mismo, incluso si sabía de la existencia de los escuadrones de la muerto, ordenara el asesinato de esos vascos (y debería añadirse que muchos españoles, incluso de izquierda piensan que los muertos tuvieron lo que se merecían)".

El artículo añade: "tampoco la mayoría de la gente piensa que él (González) haya sido corrupto, aunque muchos de sus amigos claramente lo fueron. Pero González estaba demasido cerca de los escándalos para que su autoridad salga ilesa".

En la misma linea, "The Economist" señala que "sean cuales sean los errores recientes de su gobierno, España ha experimentado una maravillosa transformación desde que González se convirtió en primer ministro e 1982".

A este respecta, apunta que González se hizo cargo del poder sólo siete años después de la muerte de Franco y un año después de la intentona golpista del 23-F, mientras que ahora "dejará detrás de él una España sólidamente democrática".

"The Economist" resume de la siguiente manera la transformación experimentada por España: "Este es ahora un país que, con la excepción de unos pocos enloquecidos vascos, ve las elecciones como la manera correcta y adecuada de cambiar los gobiernos. El franuismo se ha convertido en un vago recuerdo, y sin embargo ha habido poca persecución de los viejos franquistas. El Ejército está con seguridad de vuelta en los cuarteles. El Gobierno de España ha sido descentralizado y el poder transferido a las regiones ha hecho más difícil para los terroristas vascos ganar nuevos partidarios en su causa anti-Madrid".

En el terreno económico, González ha abandonado gran parte del bagaje ideológico socialista y en realidad el suyo "ha sido un gobierno realmente de libe mercado -rigurosamente monetarista, hospitalario para los inversores extranjeros, firme con los sindicatos, gradualmente dispuesto a privatizar, y matarife de unos cuatros dinosaurios industriales inútiles".

LA ECONOMIA PASA SU FACTURA

"The Economist" subraya que los escándalos políticos han contribuido de manera decisiva al declive de González, pero indica que los errores de política económica también han jugado un papel importante, ya que sus gobiernos no han afrontado con decisión las reformas structurales que necesita el país.

La revista apunta concretamente que la carestía de los despidos ha provocado que los empresarios multipliquen los contratos temporales, resalta también la inadecuación del sistema fiscal y sobre todo el elevadísimo nivel de paro, "el peor en Occidente".

Por otra parte, "The Economist" analiza la alternativa que representa el Partido Popular de José María Aznar y señala que esta formación tiene tres componentes: el centro derecha que gusta de autodefinirse como "ragmático" y "moderado", equiparable a los democratacristianos alemanes; "el residuo de la vieja derecha franquista, tradicionalista, centralista y nacionalista, al viejo estilo castellano, pro-iglesia, y todavía con un toque autoritario"; y los liberales, al estilo en algunos casos de los partidarios de Margaret Thatcher.

Según la revista, el elemento predominante es el de centro derecha, cuyo principal rasgo es la "cautela" y que presumiblemente "tendrá gran cuidado de no asustar a los votantes que ienen todavía que decidirse".

Además, este sector de centro derecha "ya no sigue a la Iglesia Católica en lo que se refiere al divorcio, el aborto y la homosexualidad. Ni tampoco abandera los méritos del gobierno centralizado".

El artículo de "The Economist" concluye señalando que "la España posfranquista ha sido, en conjunto, un notable éxito. Pero no ha eliminado todas las debilidades de los tiempos de Franco, y los socialistas de González han estado en el poder tiempo suficiente para haber proucido nuevos defectos de su propia cosecha. España necesita algo más vivo, post-González, que un mero preservador de las cosas tal como están".

(SERVIMEDIA)
17 Nov 1995
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