Así, aseguró que el Gobierno de Castilla-La Mancha "estará fielmente en la tesis del cumplimiento estricto de la ley" que establece que por debajo de unas reservas de 240 hectómetros cúbicos en la cabecera del Tajo no se pueden autorizar trasvases de ningún tipo.

García-Page señaló que no obstante, el Gobierno castellano-manchego es optimista a medio plazo, ya que se están dando pasos en la dirección que interesa a la región y elogió el esfuerzo de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, por plantear una alternativa verdaderamente de futuro para el Levante como es la desalación.

En este sentido, subrayó que Narbona "ha cogido el toro por los cuernos" planteando una alternativa de sentido común, -el uso del agua del mar-, que evitaría situaciones como el agotamiento de ríos y pantanos.

El portavoz del Ejecutivo castellano-manchego también reconoció el "esfuerzo de pedagogía" de la ministra Narbona que, durante todo el verano ha venido realizando llamamientos para la racionalización y la contención del gasto de agua en el Levante, aunque en esta zona del país, donde más hace falta el agua, se hayan hecho oídos sordos a las recomendaciones de la titular de Medio Ambiente.

Emiliano García-Page también rechazó la posibilidad de realizar nuevos trasvases desde otras zonas de la cuenca del Tajo y dijo que "es incomprensible que haya gente que pueda estar pensando en construir nuevos trasvases" o incluso se le pase por la cabeza hablar de nuevos trasvases desde el Tajo habiendo suprimido el trasvase del Ebro.