El presidente de la Cámara de Contratistas, Rafael Romero, explicó que en 1992 el conjunto de la construcción en Cataluña cayó un 8,5 por ciento en relación a 1991, y que la previsión para este año era de un descenso del 5,3 por ciento.

Tras señalar que el presente año será de transición, apuntó que si la actividad económica tiene un buen comportamiento en general, la construcción comenzará a recuperrse a partir de 1994.

"Si tenemos que ser realistas, hasta 1995 no podríamos conseguir que la construcción catalana y, probablemente la de toda España, recupere las tasas de crecimiento positivo que hasta hace un año y medio eran habituales", añadió.

Según estimaciones de la Cámara de Contratistas, a la bajada de la actividad constructora contribuirá también la caída de un 20 por ciento de la edificación no residencial privada, como oficinas o naves industriales, mientras que el subsector de la vvienda tendrá, en el conjunto del sector, un crecimiento del 0,3 por ciento.

Entre las medidas que solicita la Cámara para afrontar la crisis se incluye un plan de medidas urgentes, como cuantificar y regularizar una deuda que las administraciones públicas tienen con las constructoras, así como luchar por la calidad del producto y evitar la guerra de precios en el mercado de la obra pública.