SANFERMINES. DOS HERIDOS POR ASTA EN EL PRIMER EN ENCIERRO
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El primer encierro de los Sanfermines 93, con toros de la ganadería de Cebada Gago, fue largo y muy peligrso y registró dos heridos por asta de toro, uno de ellos con lesiones de carácter grave y otro leve.
El pamplonés Fermín San Martín, jugador del equipo de balonmano San Antonio, fue corneado en el tramo de Telefónica por un morlaco castaño, de nombre "Tortolito", que le empitonó en la parte posterior de la rodilla izquierda al quedar atrapado entre dos toros unos metros antes de la entrada al callejón de la plaza.
Según el parte médico facilitado por el Hospital de Navarra, el mozo presenta una crnada de 20 centímetros en la cara antero- externa de la rodilla izquierda, que le produjo desgarros, aunque no afecta al nervio ciático ni a vasos sanguíneos importantes. Su estado es grave.
El segundo mozo herido por asta es Francisco Nebot, de 30 años y vecino de Castellón, que fue empitonado en el glúteo y sufre una herida leve de 5 centímetros, que afecta a la piel y al tejido subcutáneo.
Otros tres corredores fueron trasladados al servicio de urgencias del Hospital Virgen del Camino, donde ueron atendidos de diversas lesiones. Son Carmelo Bidegani, vecino de Valencia, que presentaba contusión en cabeza y codo; Carmelo Etxebarría, con golpes y heridas en una rodilla, y un joven norteamericano que fue pisoteado por la manada en el callejón de entrada a la plaza de toros.
Los servicios de urgencias del Hospital de Navarra y del Hospital Virgen del Camino atendieron a un total de doce corredores que no precisaron ingreso, al presentar solamente lesiones leves y contusiones producidas por cadas o pisotones de los toros.
A las ocho en punto de la mañana, después de que los mozos cantaran tres veces a San Fermín pidiéndole su protección en el encierro, con el sonido del cohete los seis toros de Cebada Gago salieron velozmente de los corrales de Santo Domingo, para enfilar la cuesta que da acceso a la plaza del Ayuntamiento.
En ese primer tramo la manada corrió de forma compacta, aunque dio varios sustos a los corredores que abarrotaban los 840 metros del recorrido. Unos metros antes d tomar la curva de Mercaderes, los Cebada se dividieron en dos grupos: cuatro toros negros abrían la carrera en la calle Estafeta, bien arropados por los cabestros, mientras que otros tres quedaban algo rezagados.
En la calle Estafeta se vivieron momentos de mucho peligro cuando dos de los astados quedaron sueltos y derrotaron hacia los mozos, girándose hacia las vallas de protección y embistiendo a varios corredores, aunque sin mayores consecuencias.
En la plaza de toros, los dos morlacos cayero varias veces al suelo y los dobladores tuvieron que emplearse a fondo para conducirlos con sus capotes hasta el interior de los toriles.
(SERVIMEDIA)
07 Jul 1993
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