Así lo dijo en el turno de réplica de su comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados sobre el último Consejo Europeo y las nuevas relaciones con Marruecos, en el que aprovechó para responder a las críticas de la oposición y denunciar a los partidos de la derecha por el “ruido y la crispación”.

Sánchez trajo a colación unas palabas del recientemente elegido presidente del PP Europeo, Manfred Weber, en las que rebajó las consecuencias de “pactar con la ultraderecha” porque es un asunto que “depende de los barrios, no tiene que ser una misma aproximación”. Pero, “entiendo que es abrir las puertas a una decisión política que ya han tomado de gobernar con la ultraderecha allí donde sea posible”, afirmó Sánchez.

En este sentido, les trasladó a los populares que se lo hagan “mirar, porque pactar con el discurso de Abascal es ir en sentido contrario a lo que quiere la mayoría social de España y de Europa”.

Así, sostuvo que Vox tiene un discurso que “suscribiría” el propio presidente de Rusia, Vladimir Putin, por lo que “los enemigos de Europa son ustedes en el sistema político español”. También les recriminó el “cuajo” que tiene de decir que defienden a la clase media “cuando son los herederos de la élite que dirigió este país en años de oscuridad de la dictadura”.

El jefe el Ejecutivo aseguró que en la derecha “crispan y hacen ruido” y se dedican a “deslegitimar al Gobierno del malvado Sánchez, como lo hizo antes con Zapatero y el malvadísimo Felipe González que hoy es, en cambio, un extraordinario líder para la derecha”. "Siempre nos pasa a los presidentes socialistas, cuando salimos del Gobierno somos extraordinarios líderes incluso también para la derecha, aunque no creo que goce yo de esa bula”, admitió.

COALICIÓN

Por otra parte, Sánchez defendió la “unidad de acción” en la coalición y dijo que, “depende de con quién nos comparemos, estamos más o menos unidos”, tras repasar las rupturas de los Ejecutivos autonómicos de coalición del PP con Ciudadanos.

Además, trasladó al portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que la “mejor receta” para hacer frente a la unión de las derechas será seguir apostando por la coalición. No obstante, le trasladó que, además de presidente del Gobierno, es secretario general del PSOE y, “por tanto no dudará de mi compromiso socialista. A lo mejor puede pensar que soy menos progresista que usted. Pero lo soy, espero que eso al menos lo tenga usted a bien reconocer”.

Pero, remarcó, “yo soy el presidente del Gobierno de España y soy el presidente del Gobierno de todos los españoles y españolas voten lo que voten, en cualquier condición”. Así que, “desde el punto de vista progresista, mi deber es no contribuir a la crispación y polarización a la que contribuyen el Grupo Parlamentario Popular y el grupo parlamentario de Vox, la ultraderecha”.

Por todo ello, Sánchez remarcó su respuesta a Echenique y le dijo que, “si me pregunta usted a mí qué es lo que desmoviliza la izquierda, yo creo que es el que precisamente nos afanemos en algunas ocasiones más de lo debido en subrayar las diferencias y no las alianzas en favor de esas conquistas sociales”.

MARRUECOS Y SAHARA

Ante las dudas de algunos parlamentarios tras el espionaje a su teléfono y con el que se relaciona a Marruecos, el presidente aseguró que “a diferencia de otros presidentes del Gobierno”, él no tiene “ningún problema” con su móvil, “a diferencia” de lo pasado por el expresidente Mariano Rajoy, en clara alusión -aunque sin mencionarlo- al mensaje que envió al extesorero Luis Bárcenas.

El jefe del Ejecutivo justificó el momento para dar el giro en el Sahara porque, afirmó, la comunidad internacional “se tiene que arremangar y resolver conflictos que están cronificados” y que no están “presentes en la conversación pública pero que pueden verse exacerbados por lo que está ocurriendo en el este de Europa con Ucrania”.

Por tanto, hay que abordar este asunto en un momento en se brinda la “oportunidad” de la designación de un nuevo enviado personal del secretario general de Naciones Unidas, tras dos años de bloqueo; que haya otros países “alineados”; y la “responsabilidad” de España ante “un conflicto que nos es tan propio”.

"Tenemos que hacer todo lo que esté en un nuestra mano para una solución que será algo que tendrán que acordar las partes”, remachó Sanchez sobre el conflicto sobre el Sahara Occidental con Marruecos.

Para cerrar su intervención, y del mismo modo que empezó, el presidente pidió “honrar” la tribuna parlamentaria, atenerse al orden del día y a los asuntos “importantes” del contexto internacional y dejar la política nacional para otros debates.