Este fue la “posición del Gobierno” que compartió Sánchez en la rueda de prensa conjunta que ofreció en el Palacio de la Moncloa, tras reunirse con la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin.

“Estamos viviendo en un momento muy difícil, muy complejo, muy crítico”, reconoció Sánchez, y apeló reiteradamente a la “unidad” en el bloque europeo y de los Estados miembros de la OTAN para dar respuesta a esta situación. Pero "es importante trasladar que, si ocurre lo que nadie quiere que ocurra, habrá sanciones importantes hacia el Gobierno ruso y Rusia".

“Debemos exigir el respeto a la legalidad internacional, al derecho internacional, la soberanía nacional y territorial de las naciones” por lo que el hecho de que Rusia haya "desplegado más de 100.000 efectivos militares en las fronteras con Ucrania es evidente que traslada un mensaje de cuestionamiento de la integridad territorial de un tercer país”.

“Es el momento de la diplomacia, de la distensión y del diálogo” apoyándose en la “unidad” de los actores internacionales, reiteró en varios momentos el jefe del Ejecutivo, una unidad que evitó comentar si se da en el seno del Ejecutivo de coalición.

El presidente lanzó este mensaje y subrayó que "todos estamos en la misma línea de desescalada, diplomacia" y "unidad en la disuasión", porque "queremos la paz y para garantizar la paz lo que se tiene que respetar es la legalidad internacional".

Sánchez, que admitió la preocupación por lo que acontece en su segunda intervención pública sobre este asunto, resumió la situación en que la "causa básica" es "el respeto al derecho internacional, a la integridad territorial y a la soberanía" de Ucrania.

El presidente justificó la participación de efectivos militares en maniobras de la OTAN, cuyo despliegue reconoció que se ha "adelantado unos días", porque "España es un socio fiable, aliado". En este contexto recordó que España tiene desplegadas tropas en países Bálticos, lo que demuestra que la "seguridad de fronteras" es una cuestión que afecta al conjunto de la UE. "No es cuestión de distancia, sino de solidaridad en países aliados para proteger nuestras fronteras". Ello le llevó también a citar la situación en Bielorrusia y la proximidad de la frontera europea.

Por su parte, la mandataria finlandesa reivindicó la libertad de los Estados a "elegir sus alianzas de seguridad" y lanzó un mensaje "claro e inequívoco" a Rusia advirtiéndole de que "cualquier otra agresión tendría enormes consecuencias" y que si "continúa con su agresión eso tendrá consecuencias masivas y serias".

Respecto a su situación con la OTAN, de la que no forma parte pero de la que tampoco podría solicitar formar parte en virtud de las exigencias de Rusia, Marin remarcó que esa es "nuestra propia decisión y no la de Rusia u otros", y defendió que los ucranianos son los que deciden sobre su incorporación a la Alianza Atlántica y el resto debe "respetar su derecho" a decidir.

Además de la situación de Ucrania, en la que ambos remarcaron que es el momento de la diplomacia, la distensión y el diálogo y que la Unión Europea está unida en su respuesta, Sánchez y Marin compartieron cuestiones sobre el cambio climático y la urgencia de llevar a cabo la transición verde, como objetivo colectivo de la UE y como necesidad nacional.

Sobre la transición digital, Sánchez, que reconoció que Finlandia lleva la delantera, destacó, la importancia de tener en cuenta el reto demográfico de grandes extensiones de territorio nacional y la realidad insular, según el comunicado de La Moncloa.

Aunque mostraron sintonía en muchas cuestiones porque, según Sánchez, “España y Finlandia somos más parecidas de lo que podría concluirse en un análisis basado sólo en la dimensión geográfica", también evidenciaron diferencias. Como en la cuestión de energía, donde la mandataria finlandesa remarcó su apuesta por la energía nuclear y recordó que van ahora a abrir una central nuclear, y la revisión de las reglas fiscales por parte de la Comisión Europea.

Al igual que ocurriera en la reciente visita a Madrid del canciller alemán, Olaf Scholz, Marin y Sánchez disintieron en la revisión de las reglas fiscales por parte de la Comisión Europea y, aunque la mandataria finlandesa no concretó su postura, sí reconoció que hay "posturas diferentes" dentro de la UE y sostuvo que es "pronto" para llegar a acuerdos que deben primar que la UE sea "competitiva" en el futuro; mientras que Sánchez, partidario de mantener la relajación fiscal, abogó por evitar bloques enfrentados en el seno europeo.