Romero se mostró convencido de que durante los últimos días González ha sopesado seriamente la posibilidad de renunciar a la presidencia, "e incluso desde su arrogancia", apostiló, "habrá pensado que el país no le merece".

En tono irónico, el parlamentario señaló que si González fuera una "gallina clueca, se podría afirmar que bajo sus alas ideológicas y políticas han salido estos pollos que han picoteado en el fango y que nos han llevado a la situación en que nos encontramos".

Añadió que González no se irá antes de "entregar la cabeza de Rubio y la de Roldán, aisladas en bolsas de plástico para que no salpiquen ni hacia arriba ni hacia abajo, para dar a entender que sonhechos puntuales que él ha resuelto".

Romero indicó que, una vez que haya sido pasada la página de estos dos casos y la economía haya repuntado ligeramente, su marcha del Gobierno se haría en unas condiciones distintas "y no se iría por la puerta falsa, en la vorágine de la corrupción y arrastrado por el fango".

MARRULLEROS

A su juicio, el jefe del Ejecutivo debe abandonar la Moncloa, porque en su día confió en Mariano Rubio y en Carlos Solchaga y él entregó las riendas de la política económicaa un sector del capitalismo financiero "que es el más marrullero y rentista de todas las épocas de la historia de España".

Para apoyar sus afirmaciones, Romero citó las últimas encuestas, que revelan que el problema de la corrupción es percibido con gran preocupación y alarma social por parte de la opinión pública, que reclama decencia en los gestores públicos.

Respecto a la dureza empleada contra Mariano Rubio por el portavoz socialista en la Comisión de Economía, Juan Pedro Hernández Moltó, el iputado de IU dijo que el PSOE es muy dado al "oportunismo" de última hora. "Ellos (los socialistas) no tienen escrúpulos, ellos han defendido a Rubio hasta el final y ahora son los que más hachazos le dan en el cuello".

A su juicio, el Partido Socialista está intentando ahora ponerse a la cabeza de la manifestación en cualquier caso de corrupción, para disimular la tibieza con la que anteriormente se pronunció contra los escándalos políticos.