El comienzo del acto estaba previsto a las 12,00 horas, pero, debido a las malas condiciones climatológicas, los Reyes llegaron con 35 minutos de retraso, acompañados de los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia.

Posteriormente, los Reyes y los Príncipes saludaron a las autoridades civiles y militares que les acompañaron en el palco, como el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga; el ministro de Defensa, José Bono; el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz Roldán.

Tras recibir los honores de ordenanza, don Juan Carlos y otros cargos militares pasaron revista a una compañía mixta formada por tres secciones pertenecientes a la Escuela Naval Militar, a la Academia Básica de Suboficiales del Ejército del Aire y a la Brigada Ligera Aerotransportable "Galicia VII".

Posteriormente, se procedió al izado de la bandera nacional y, simultáneamente, el portaaviones "Príncipe de Asturias", las fragatas "Almirante Juan de Borbón" y "Extremadura" y el buque de asalto anfibio "Pizarro" realizaron una pasada en formación entre Punta Penaboa y Punta Herminia.

A continuación, se celebró un homenaje a los que dieron su vida por España, que incluyó la ofrenda de una corona de laurel por parte de miembros pertenecientes a la Autoridad Portuaria, Cofradía de Pescadores, Salvamento Marítimo y Real Club Náutico de A Coruña, y que finalizó con el sobrevuelo de la "Patrulla Aguila", que dio paso al desfile aéreo.

DESFILES

En el desfile participaron aviones EF-18 del Ala 15 de Zaragoza, Harrier AV-8 Plus II de la Novena Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada, helicópteros Cougar de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y Sikorsky de la Armada, así como los aviones C-101 de la "Patrulla Aguila" de la Academia General del Aire (San Javier, Murcia).

A continuación, desfiló en tierra una agrupación terrestre compuesta por un batallón de la Armada formado por una brigada de alumnos de la Escuela Naval Militar, una brigada de alumnos de las Escuelas de la Armada, Antonio Escaño y ESENGRA, y una compañía de Infantería de Marina del Tercio Norte de El Ferrol.

También participaron en el desfile un escuadrón del Ejército del Aire, formado por tres escuadrillas pertenecientes a la Academia Básica del Aire de León, al Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo de Zaragoza y al Escuadrón de Zapadores Paracaidistas del Ejército del Aire de Alcantarilla (Murcia), un batallón del Ejército de Tierra formado por tres compañías de la Brigada Ligera Aerotransportable con base en Figueirido (Pontevedra) y una compañía del Colegio de Guardias Jóvenes de la Guardia Civil.

SIMULACRO

El acto finalizó aproximadamente una hora y media después, con un supuesto táctico en la zona de la playa del Orzán, que consistió en una operación de rescate de un piloto derribado en zona enemiga y en el que participaron un avión Harrier, un helicóptero del Ejército del Aire y otro de la Armada, una unidad de operaciones especiales de Infantería de Marina y una patrulla del Batallón del Mando de la Fuerza Logística Operativa del Ejército de Tierra.

Durante el simulacro, las fragatas Extremadura y Juan de Borbón, el submarino Tonina y el buque de desembarco anfibio Pizarro rodearon los 206 metros de eslora del portaaviones Príncipe de Asturias, desde donde se dirigió la operación.

En un primer momento, se simuló que un avión de las fuerzas aéreas es derribado, su piloto salta en paracaídas y se pone en contacto con su base para comunicar su localización.

En ese momento arrancó la operación de salvamento y rescate. El equipo, integrado por infantes de la Marina de la unidad de operaciones especiales del tercio de Armada, a bordo de embarcaciones rápidas y helicópteros, realizó un ataque sobre las fuerzas enemigas, materializadas por unidades del Ejército de Tierra.

Tras recibir apoyo aéreo de dos aviones Harrier, contactaron con el piloto derribado y se produjo el rescate propiamente dicho y la evacuación del hombre en peligro tras las líneas enemigas.

Para ello, hubo un helicóptero del Ejército del Aire especializado en operaciones de rescate, que una vez recogió al piloto, se replegó a los barcos junto al resto de fuerzas que actuaron, mientras fueron protegidos por un helicóptero de ataque y los aviones de apoyo a tierra.

Con motivo de este simulacro, y por razones obvias de seguridad, la playa fue desalojada y los accesos al arenal permanecieron cerrados al público.

Tras el desfile, don Juan Carlos ofreció una recepción en el Palacio Municipal de María Pita, en La Coruña.