Los 20 números de la guardia civil y 200 voluntarios de protección civil de villas vecinas como Muxía y Carballo, que intervienen en la búsqueda, recibieron a última hora de ayer el apoyo de tres perros de rastreo, llegados desde Orense. Aunque los canes parecían haber localizado inicialmente el rastro de la niña, finalmente quedaron desconcertados al llegar a un riachuelo, en el que se perdía la pista.

Asimismo, un helicóptero d SOS Galicia que se incorporó ayer a la búsqueda tuvo que abandonar la zona esta mañana a causa de la abundante niebla reinante, aunque podría regresar en cuanto las condiciones lo permitan.

Pese a la presencia de lobos en la zona, que ha quedado evidenciada con el hallazgo de una yegua muerta con dentelladas de cánidos, se ha descartado la hipótesis de que la pequeña haya sufrido un ataque de este tipo, puesto que de ser así los perros no tendrán dificultad para seguir su rastro.

Sí permanecen aiertas el resto de las hipótesis posibles, y no se descarta tampoco que la niña haya caído a alguno de los pozos abandonados de una autigua mina que hay en la zona, cuyas galerías se rastrearon esta mañana y se repasarán esta tarde.

La pequeña está incapacitada para hablar, lo que hace más difícil su localización, aunque dado que oye perfectamente, se mantienen las esperanzas de que se deje ver si escucha a los rastreadores.

Las malísimas condiciones climatológicas de la noche pasada, con fuertesvientos, lluvias y tormentas, hacen temer cada vez más por un desenlace trágico.

La niña desapreció a las 5 de la tarde del domingo cuando su padre se apeó durante un cuarto de hora del coche en que viajaba con su hija, instantes que supuestamente habría aprovechado la niña, que al parecer tien carácter rebelde, para abandonar el vehículo.