EL PRIMER COLOQUIO DE CRONICA NEGRA EN MADRID SE CONVIRTIO EN UN DEBATE SOBRE LA DROGA

MADRID
SERVIMEDIA

La primera mesa redonda de las "Jornadas sobre Madrid Crónica Negra", que se celebran en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, que debía tratar el problema de la delincuencia en los barrios de las grandes ciudades, acabó convirtiéndose en un debate sobre la droga y su influenci las clases sociales.

En este primer coloquio intervinieron los escritores Andreu Martín y Blanca Alvarez, el cura Enrique Castro, el portavoz vecinal Prisciliano Castro, el inspector de policía José Manuel Marco y el ex delincuente Eleuterio Sánchez "El Lute".

Enrique Castro resaltó que el problema de la droga no se combate en los focos marginales, donde se ataca a las víctimas, sino en las grandes fortunas generadas por su causa, que son toleradas y promovidas desde los órganos de poder.

Audió a casos como la creación de negocios ficticios en Bayona como "tapadera" del narcotráfico, o la verdadera trama de drogas que ocultaba el "Caso Naseiro", ya que Valencia es una de las principales vías de entrada de estupefacientes en España.

"Existen ejemplos como el del corporativismo de los jueces de Murcia, que no se han condenado unos a otros a pesar de haber encontrado pruebas suficientes de vinculación al contrabando de narcóticos, mientras a un joven al que pillan con dos 'papelinas' le can cuatro años de cárcel", denunció Castro.

ESCONDER EL POLVO

La heroína es, según Andreu Martín, presidente de la Asociación Española de Escritores Policiacos, la gran promotora de la insolidaridad que provoca la delincuencia en los barrios periféricos, "y el único remedio que los organismos competentes aportan son acciones contundentes que trasladan el problema a otro barrio, como quien esconde el polvo bajo la alfombra".

"Antes existían pactos de mutuo respeto entre los criminales y los vecins de un barrio", explicó el novelista, "como síntoma menor de la impotencia para combatir el delito; con la aparición de la droga se eliminan las cabezas visibles y el síntoma de la impotencia vecinal se traduce en las patrullas ciudadanas".

Todos los participantes en la mesa redonda coincidieron en que la delincuencia se genera en los barrios marginales, desde la infancia, porque la miseria no da otra alternativa; los niños roban como un juego, y cuando ingresan por primera vez en la cárcel convierte esa forma de vida en su profesión.

CIRCULO VICIOSO

Enrique Castro culpó de este fenómeno a la sociedad, que con sus leyes aboca a la población de determinados distritos a delinquir, y cuando los individuos a los que no se les ha dado otra alternativa cometen un delito, los encierra en un círculo vicioso de cárcel y condena social del que no pueden salir.

"Los políticos se han quedado satisfechos de que los patriarcas gitanos hayan empleado sus propias reglas y hayan empuñado la vara para acaba con el comercio de drogas en varios focos, pero todos hemos hecho que la droga se concentre en esas zonas", afirmó Castro.

"En los años 70 algunos luchábamos por la libertad y éramos considerados delincuentes", dijo el cura de Entrevías, "después del pequeño cambio de la transición, seguimos igual: el poder crea unos 'ghettos', concentra ahí las miserias y luego castiga a las víctimas".

CASTIGADOS E IMPUNES

Los jueces y las fuerzas de seguridad han propiciado, según Enrique Castro, esa dicotoma entre el castigo a los marginados por ser cabeza visible de la droga y la impunidad de los grandes narcotraficantes y contrabandistas, con la connivencia del Gobierno.

Eleuterio Sánchez "El Lute" aseguró que en tiempos de Franco se le usó como ejemplo, tildándole de gángster internacional, cuando sólo había robado unas gallinas, y el poder actual lo usa también al presentarlo como un ejemplo de que la regeneración en las cárceles es posible.

"Si yo me he salvado y he llegado a donde estoy, no e porque me haya regenerado, sino porque he conseguido zafarme del infierno que suponen las cárceles españolas; ni era 'chorizo' antes ni los soy ahora, por lo tanto no ha habido rehabilitación", explicó "El Lute".

Por su parte, la escritora asturiana Blanca Alvarez, señaló que procede de una comunidad autónoma "considerada tradicionalmente como 'combativa', porque antes los mineros subían del pozo y planeaban cómo derrocar al sistema; ahora suben de la mina y se inyectan heroína, y sólo pueden hacer 'atallitas', según el presidente del Gobierno".

REFLEJO DE LA REALIDAD

Andreu Martín inició el debate explicando la inclusión de este tema en el programa de las jornadas por el necesario reflejo de la realidad que la delincuencia marginal tiene en el género literario de la novela negra.

"El escritor debe mantener un pleno contacto con la realidad, y en este caso la realidad supera a la ficción, hasta el punto de que algunas escenas de novela negra parecerían inverosímiles si no hubiesen ocurridoya en un caso verídico", señaló Martín.

Explicó a continuación que la marginación por barrios es la que crea los focos de delincuencia, "que son la materia prima para la novela negra; pero incluso en las novelas, después de un recorrido por navajeros, sicarios y gente de mal vivir, al final se descubre que quienes mueven lo hilos son los que viven en mansiones".

(SERVIMEDIA)
12 Nov 1991
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