La compraventa de viviendas descendió un 8,1% en el mes de abril respecto al mismo mes de 2022 tras alcanzar las 86.540 transmisiones. La tercera caída consecutiva es algo inferior a la del mes de marzo, cuando se produjo un descenso del 11,1%. En el acumulado de los cuatro primeros meses del año se sitúa en un descenso del 3,4%.

“No es probable que asistamos a un descalabro en el número de viviendas vendidas que pueda afectar al mercado y reducir significativamente los precios. Todo apunta a que podríamos terminar el año en el entorno de las 500.000 viviendas, un número menor que el registrado en 2022 pero en la línea de lo vivido en 2019, antes de la pandemia”, destacó el portavoz de Idealista, Francisco Iñareta.

Por su parte, la directora de Estudios de Fotocasa, María Matos, resaltó que la tendencia de ralentización en las compraventas “se consolida” en el primer cuatrimestre de 2023. En esta línea, subrayó que, a pesar del descenso, “hay que destacar la gran capacidad de resiliencia que muestra el sector al sobrellevar el cambio en la política monetaria y evitar una brusca alteración en el mercado”.

Además, apuntó que “todavía existe un interés muy fuerte” por comprar vivienda en España. En este sentido, defendió que desde el portal han detectado que “la demanda de adquisición se sitúa por encima de las cifras de pandemia, por lo que las subidas de tipos no han congelado la demanda latente, sino que sólo están afectando a la sobredemanda surgida”.

“Entramos en una etapa de moderación de compraventas con respecto a los dos años precedentes. Los próximos meses vamos a ver todavía un sector dinámico, aunque con cifras menos abultadas. Hay que tener en cuenta que la inflación hace mella en el bolsillo de los hogares y esto hará que, a la larga, los españoles no puedan ahorrar tanto y que se modere la compra de inmuebles”, recordó Matos.

Por otro lado, el director de Estudios de Pisos.com, Ferrant Font, señaló que la tendencia a la moderación es “la realidad en la que se encuentra actualmente el sector”. En este punto, aseguró que esta tendencia “está afectando tanto a la vivienda nueva como a la de segunda mano, que en ambos casos reducen la actividad respecto a marzo del 2022”.

“Los últimos datos del INE confirman las previsiones para este año de una actividad muy destacable, aunque inferior a la del año pasado. Cifras que seguirán dependiendo de la evolución de la inflación, de la política de tipos de BCE, las posibles subidas del Euríbor y, en especial, de la incertidumbre que está generando la implementación de la nueva Ley de Vivienda, así como las consecuencias de los resultados de los diferentes procesos electorales”, resaltó Font.