Así queda de manifiesto en la ponencia "Somos" que el Partido Popular debatirá en el I Foro Abierto de Militantes que se celebrará en Madrid hoy y mañana para recabar ideas y presentar sus propuestas de futuro.

El documento, que han coordinado el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, y el diputado Ramón Moreno, sostiene que "las distintas lenguas españolas son instrumentos de convivencia y que la libertad exige hoy el pleno respeto a los derechos de todos con independencia de cuál sea su lengua materna".

En particular, indica que "todos los españoles tienen derecho a utilizar y hablar el castellano, que es la lengua común de España, en todos los ámbitos de la vida, en cualquier lugar de España".

"Debe protegerse de manera efectiva la libertad de elección lingüística en la enseñanza y la libertad de acceso a la función pública, con arreglo al mérito y la capacidad, sin que el conocimiento de la lengua cooficial pueda ser un factor determinante", añade.

El PP defiende también "la libertad de comercio, el acceso a los servicios públicos y a los bienes culturales en términos respetuosos con la libertad de elección lingüística".

Subraya que España, por ser "la nación que proporciona un idioma común a 400 millones de personas en todo el mundo, debe desarrollar la potencia cultural, económica y social del castellano".

A su juicio, los españoles son "continuadores de una gran historia y depositarios de una rica cultura" que ha permitido beneficiarse de la existencia del "multilingüismo".

Además, presume de ser "el partido más votado en el conjunto de las elecciones autonómicas de las comunidades oficialmente bilingües" y, por ello, defiende una convivencia entre todas las lenguas reconocidas en la Constitución.

El PP defiende que los ciudadanos tienen el derecho a ser educados en la lengua española que libremente elijan y a conocer las lenguas cooficiales de cada comunidad.

Por eso, exige al Gobierno "que cumpla con su obligación de garantizar el ejercicio de este derecho", por tratarse de "una riqueza", y las lenguas "no deben ser elementos de separación, sino instrumentos de convivencia".