A pesar de la repercusión de la crisis del Golfo en el contexto internacional y de la importancia de la reciente remodelación ministerial, González no introdujo en su primera intervención cambios sustanciales respecto a la que realizó en abril del pasado año, durante el debate de la moción de confianza.

Como hicira en aquella ocasión, el jefe del Ejecutivo dedicó hoy gran parte del discurso, de algo más de una hora de duración, a expresar su disposición al diálogo con las fuerzas parlamentarias y los interlocutores sociales con vistas a la integración económica europea de 1993.

"El Gobierno", anunció, "va a seguir solicitando la cooperación de esta Cámara y continuará ofreciendo a los agentes sociales y económicos todas las vías necesarias para conseguir este consenso".

"Los retos del 93 son", en opinióndel presidente del Gobierno, "una gran desafío para España, pero podemos salir airosos con un esfuerzo coordinado de todos".

En estos términos giró buena parte del discurso del jefe del Ejecutivo. En lo estrictamente referido al "estado de la nación", González se centró en los logros cosechados por su Gabinete en materia económica.

Destacó la continuación del crecimiento de las inversiones y el empleo por encima de la media comunitaria, así como la reducción en la inflación y en la balanza de pags por cuenta corriente.

PACTO DE PROGRESO

En este marco optimista, Felipe González precisó que su equipo "está en condiciones de impulsar el pacto de progreso y reanudar la concertación social".

En el capítulo de conquistas sociales, recalcó el avance producido en el terreno educativo con la aprobación de la LOGSE, así como en lo relativo a la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

El presidente dedicó especial atención al frente autonómico y subrayó la reducción significativa de coflictos por cuestiones de competencia reflejada este año entre el Gobierno central y las comunidades.

González abogó por una mejora en el sistema de concertación entre ambas administraciones, a fin de alcanzar una "dimensión cooperativa y no reinvindicativa" del Estado de las autonomías.

A su juicio, esta estructura del Estado exige el reconocimiento del "hecho diferencial y no igualitarista" de las comunidades, y también evitar el "hecho discriminatorio".

Respecto a los cambios vividos en e mundo en estos últimos doce meses, el dirigente socialista declinó pronunciarse en detalle sobre la crisis del Pérsico, alegando que este asunto ha sido tratado en profundidad en la Cámara Baja en repetidas ocasiones durante los últimos meses. Se limitó a señalar que España "ha salido fortalecida interna y externamente" tras la crisis.

Para González, la política internacional vive una situación de "transición", en la que la interdependencia entre los Estados se hace más necesaria que nunca.

NUEVAS NCERTIDUMBRES

Por lo que se refiere a Europa, dijo que la guerra de Oriente Medio ha reabierto nuevas incertidumbres sobre su futuro, al haber dejado en entredicho su política exterior y de seguridad común.

Añadió que la estabilidad del continente depende en gran medida del éxito o fracaso de las reformas que se están llevando a cabo en la Unión Soviética.

España, precisó el presidente en otro momento de su discurso, seguirá potenciando las relaciones con Latinoamérica y los países de la cueca del Meditérraneo. Sobre las vinculaciones con Estados Unidos, González manifestó que ahora están "liberándose de hipotecas del pasado y asentándose sobre relaciones más normales".

El presidente del Gobierno, cuyo recién remodelado equipo ministerial se sentó por vez primera al completo en los "bancos azules" del hemiciclo, cerró su intervención con una referencia al reajuste introducido en el Gabinete.

Indicó que en enero decidió aceptar la dimisión de Alfonso Guerra como vicepresidente del Goierno, después que le expresara en varias ocasiones su deseo de abandonar el Palacio de La Moncloa y dedicarse a sus responsabilidades al frente de la vicesecretaría general del PSOE.

"Me pareció conveniente remodelar el Gabinete pasada la guerra del Golfo, nombrar un nuevo vicepresidente y varios ministros y cambiar la estructura del Ejecutivo", explicó el presidente, quien añadió que estas decisiones no afectarán al planteamiento de fondo de la política de su Gobierno.

"Comparto lo que dicen alunos de que la remodelación no supone cambios en la política. No habrá cambios en los objetivos, porque el Gobierno será leal a sus compromisos", puntualizó.

Sobre la duración de este quinto Ejecutivo, Felipe González no ahorró claridad: "Ya conocen mi renuencia a la sustitución de colaboradores de este Gobierno. Pienso agotar la legislatura con este Gobierno".

DIVISION DE OPINIONES

La valoración de los líderes parlamentarios del primer discurso del presidente en el debate sobre el estado de lanación osciló entre el aplauso no disimulado de Adolfo Suárez y la crítica más contundente del Partido Popular.

En nombre del PP intervino ante los periodistas su portavoz en el Congreso, Rodrigo Rato, ya que el líder conservador, José María Aznar, prefirió aplazar las valoraciones hasta su intervención esta tarde en la tribuna de oradores.

Rato tachó el discurso del dirigente socialista de "poco serio" y le acusó de evadir responsabilidades. "Lo que ha hecho (González) es escaquearse del debate" espetó.

A su juicio, el jefe del Ejecutivo "está convencido de que todo lo que se ha hecho hasta ahora es un éxito, que los servicios públicos y las infraestructuras son muy difícilmente mejorables, sobre todo por el Gobierno central, y que la droga está disminuyendo como peligro social".

SATISFACCION

El presidente del CDS, Adolfo Suárez, expresó su satisfacción con el discurso de González y anunció que su intervención de esta tarde se centrará en la política autonómica del Gobierno.

El lder de IU, Julio Anguita, prefirió no realizar declaraciones antes de leer su discurso desde la tribuna de oradores.

El portavoz de CiU, Miquel Roca, justificó el relato de Felipe González diciendo que "suele ser somero en su intervención inicial para, en todo caso, entrar más en los temas en la fase de réplica".

No obstante, dijo que las palabras del presidente del Gobierno decían "poco" y hacían gala de un "cierto desorden".

El representante del PNV, Iñaki Anagasti, calificó de "genéricas"las afirmaciones de González y expresó que le gustaría que concretara su oferta de diálogo.