Los parches funcionarían en las mujeres que, después de la extracción de ovarios, redujeron sus niveles de testosterona y, consecuentemente, su actividad sexual.

Los expertos estudiaron los casos de 75 mujeres, de 31 a 65 años, que fueron sometidas a histerectomía y oforectomía y que, a pesar de la terapia de reemplazo de estrógenos, tenían menos vida sexual que antes de someterse a la operación.

Despué de 36 semanas de estudio y diversas combinaciones de parches de testosterona y placebo, las mujeres incluidas consiguieron una mejoría al recibir el tratamiento de 300 microgramos de testosterona, aunque también con el de placebo, lo que ha llevado a los expertos a poner de relieve la importancia del tratamiento psicológico.

La investigación de la terapia, financiada por Procter and Gamble Pharmaceuticals, ha sido realizada por expertos del Hospital General de Massachusetts y de los Laboratorios Watsn.