Zalenska, una atleta estadounidense de origen polaco, lució el vestido tradicional de novia, velo incluido, y fue custodiada por las voluntarias más jóvenes de estos Juegos. Cuatro niñas vestidas con camiseta de la mascota "Petra" y pantalón blanco le llevaron la cola.

Los cuatro sacerdotes que oficiaron la ceremonia en diversos idiomas, inglés, catalán, castllano y polaco, pidieron al final de la misma una oración para todos los participantes en los Juegos Paralímpicos, para sus acompañantes y para los organizadores, que siguieron la misa desde el primer banco de la iglesia.

Minutos antes, Margaret Zalenska y John Michalski se habían intercambiado los anillos "en la mano izquierda, como es tradición en Cataluña".

Aunque en principio ambos creyeron que su boda pasaría desapercibida, numerosos periodistas y residentes de la Villa se concentraron a la ntrada del centro Abraham para verla de cerca.

La novia recordó que al llegar a Barcelona se puso en contacto con la organización para ultimar los detalles, convencida de que ya nadie se acordaría del compromiso que adquirieron un año atrás, cuando en las competiciones celebradas en esta ciudad en 1991 decidieron escogerla como escenario de su boda.

"Pensaba que me tomarían por loca y sin embargo, cuando encontré a la responsable del servicio a los atletas, me di cuenta de que estaban esperándono para organizarlo todo", explicó Margaret Zalenska.

Su entrenador y ahora marido dijo que "todo el mundo se ha preocupado para que la boda salga bien. Nos parece un sueño. No estarán nuestros padres pero nos sentimos queridos y acompañados. Es maravilloso".

Los contrayentes se conocieron durante los Juegos Paralímpicos de Nueva York, en 1984. Ella participaba aún con la delegación de Polonia en las pruebas de atletismo para deportistas con visión muy reducida. El, que había llegado a Nueva York 2 años antes con su familia, procedente del mismo país europeo, era traductor e intérprete.

Tres años después, cuando John acabó sus estudios de sovietología en Estados Unidos, pidió a Margaret que se trasladara junto a él, y después de estudiar y documentarse, se convirtió en su entrenador.

El enlace celebrado hoy incluyó también un brindis, ofrecido por los novios, a todos los asistentes a la ceremonia, en compañía de la mascota paralímpica "Petra". La comida nupcial, servida en el restaurante d la Villa, consistió en cóctel de mariscos y aguacates, redondo de ternera con setas y pastel. La fiesta siguió hasta las 18 horas con actuaciones musicales y baile.