Papa Francisco
El papa Francisco se apropió de la cruz de un sacerdote fallecido al que admiraba por misericordioso

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El papa Francisco, cuando era obispo auxiliar de Buenos Aires, se quedó con un pequeño crucifijo de un sacerdote que había fallecido, en recuerdo por su carácter misericordioso.
Así lo explicó en la conversación con el vaticanista Andrea Torniellien que da forma al libro 'El nombre de Dios es Misericordia', publicado en los primeros compases del pontificado del Papa argentino, que ha sido el número 266 de la Iglesia católica, tal y como recoge Servimedia.
En el libro, el papa Bergoglio recordó su admiración al padre José Ramón Aristi, a quien consideraba una "figura significativa" para él y ponía de ejemplo a los sacerdotes de Roma.
Francisco explicó que aquel cura murió en 1996 "más que nonagenario". "Fue una gran confesor, y muchísima gente y muchos curas se confesaban con él. Cuando confesaba les daba a los penitentes su rosario y hacía que sostuvieran en su mano la pequeña cruz, después la usaba para absolverlos y finalmente los invitaba a besarla", destacó el Papa.
El pontífice, que falleció este 21 de abril, Lunes de Pascua, después de despedirse de los fieles el día anterior, Domingo de Resurrección, y pronunciar la bendición 'urbi et orbi', recordó en ese libro que cuando murió José Ramón Aristi, él era obispo auxiliar de Buenos Aires y, casualmente, también se celebraba la fiesta grande del catolicismo.
ROSARIO
"Era la noche del Sábado Santo. Fui a verlo al día siguiente, el Domingo de Pascua, después de comer, y bajé a la cripta de la Iglesia. Me di cuenta de que no había flores junto a su ataúd y fui a buscar un ramo fuera, después regresé y empecé a colocarlas. Vi el rosario enredado en sus manos: saqué la pequeña cruz y, mirándolo, le dije: '¡Dame la mitad de tu misericordia!'", relató.
"Desde entonces aquella pequeña cruz va siempre conmigo, la llevo en el pecho: cuando me sobreviene un mal pensamiento sobre alguien, acerco la mano y toco esa cruz. Me sienta bien. He aquí otro ejemplo de cura misericordioso, que sabía acercarse a la gente y curar las heridas regalando la misericordia de Dios", confesó Francisco, que eligió siempre un lema con la palabra misericordia, que alude a la vocación de San Mateo.
De hecho, Bergoglio, en la festividad de ese santo de 1953, experimentó su vocación con 17 años al entrar a una iglesia. Cuando fue elegido obispo, en recuerdo de tal acontecimiento se acompañó de ese lema acuñado por san Beda que explica la vocación del citado apóstol, ‘miserando atque eligendo’ ('lo miró con misericordia y lo eligió'), que también reprodujo en su escudo pontificio.
(SERVIMEDIA)
23 Abr 2025
AHP/gja