El portavoz de ASES, David Crevillén, dijo a Servimedia que en la causa judicial abierta por este incidente, en la que su colectivo está personado, lo que figura es que las balas usadas por el guardaespaldas eran legales.

En concreto, Crevillén indicó que todos los casquillos procedentes del arma del escolta eran de la marca Luggen, referencia GFL, que corresponden a unas balas de plomo totalmente reglamentarias.

Esta munición, según este portavoz, es considerada como una de las más seguras que existen en la actualidad, puesto que no rebota al ser disparada, y es la que la empresa del vigilante de seguridad fallecido, Prosegur, entrega como dotación a sus empleados.

ASES hizo estas manifestaciones en relación con el comunicado distribuido por la Asociación de Simpatizantes de la Guardia Civil, que sostiene que Joseba Andoni empleó balas de punta hueca, consideradas ilegales y que causan graves destrozos al ipactar en el cuerpo.

Este colectivo añadía en su nota que el guardaespaldas, que protegía a una concejal del PSE y disparó contra los agentes al confundirlos con terroristas, era conocido entre sus compañeros como "un Rambo".

Crevillén rechazó estas imputaciones y añadió que no entiende como nadie puede hablar de la utilización de munición ilegal "sin tener ningún informe pericial de balísitica" que avale sus acusaciones.