Llopis, que hizo estas declaraciones en el transcurso de las "Primeras Jornadas Regionales sobre la Sexualidad en las Personas con Retraso Mental", organizadas por la asociación que ella preside, aseguró que "estas personas son seres sexuados, pero culturalmente la sexualidad es algo que siempre está en entredicho, que se reprime y esto se da muchomás en colectivos marginales como los retrasados mentales".

En estas jornadas, donde participaron unas 160 personas, se intentaron alcanzar tres objetivos: "contribuir a la normalización de este colectivo, para quienes la sexualidad es un motivo más de marginación; facilitar información especializada a padres y profesionales, y, por último, construir un ámbito de debate en el que se analice el estado actual del tema".

Azucena Llopis recordó que un hombre o una mujer con retraso mental no tiene nigún impedimento biológico para la obtención de placer sexual, como se puso de manifiesto en la última reunión celebrada en 1992.

"Tienen exactamente", explicó Llopis, las mismas posiblidades de vivir su sexualidad en todos sus aspectos: afectivos, comunicativos, de expresdión de placer y de reproducción. Otra cosa es que el ámbito social y la familia, fundamentalmente, quiera o no quiera asumirlo".

De esta forma, la presidenta de la asociación opina que la familia es fundamental en ese aspecto y d ella debe partir la superación de esas barreras autoimpuestas.