Los síntomas pulmonares que se pueden observar inmediatamente después de la exposición a altos niveles de contaminación incluyen la irritación de las vías respiratorias, la dificultad para respirar y una mayor probabilidad de sufrir un ataque de asma, indica en un comunicado Cristina Martínez, coordinadora del área de Enfermedades Respiratorias y Medio Ambiente de Separ.

Se ha demostrado, además, insiste la nota de prensa, que la exposición a contaminantes del aire durante un periodo largo aumenta la aparición de enfermedades pulmonares, incluyendo el cáncer, así como las muertes por estas patologías.

Martínez explica que los problemas respiratorios derivados de la exposición al aire contaminado se concretan en el empeoramiento de patologías respiratorias crónicas como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la reducción de la capacidad pulmonar, o el aumento de la vulnerabilidad a enfermedades como la neumonía y la bronquitis.

Además de los enfermos crónicos respiratorios, los ancianos, los niños, incluso los que están en período de gestación, corren también riesgo de padecer los efectos perjudiciales derivados de la exposición a la contaminación del aire, subrayan los neumólogos.

Asimismo, agregan, las personas con buena salud o que realizan ejercicio físico al aire libre también son vulnerables a los efectos adversos de la contaminación del aire, particularmente mientras haya concentraciones elevadas de ozono a nivel del suelo.

Las partículas en suspensión, que provienen de procesos industriales y de la fricción de los vehículos sobre la carretera, se consideran el problema de contaminación ambiental más severo por sus graves afecciones al tracto respiratorio y al pulmón.