Según informó el Prado, el luminoso azul que decora los muros de las salas renovadas pretende potenciar el fuerte cromatismo inherente a la mayoría de las pinturas góticas y reforzar la idea de que las obras no fueron concebidas sólo como objetos en sí mismos, sino también como sujetos dependientes de entornos dotados de una fuerte dimensión sensorial.

En ese sentido, el jefe del Departamento de Pintura Gótica Española de la pinacoteca, Joan Molina, comentó que “lejos de resultar gratuito, o meramente estético, el luminoso azul que decora los muros de las renovadas salas es fruto de la voluntad de provocar una serie de efectos y sensaciones en los visitantes”, entre ellos “la potenciación del fuerte cromatismo inherente a la mayoría de las pinturas góticas”, recuperándose, de este modo, “uno de los efectos más apreciados por los espectadores medievales, siempre deseosos de contemplar obras realizadas con colores vivos y suntuosos”.

La remodelación de las salas, regida por criterios de coherencia estructural y temática, propone nuevas formas de mirar y comprender la pintura gótica a través de la explicación de ideas y conceptos y la narración de historias.

De este modo, en la sala dedicada a la pintura de la segunda mitad del siglo XV, el visitante dispondrá de “una impresión ordenada del conjunto a partir de diversos puntos focales distribuidos en los cuatros muros”. Ya no se trata de colocar en una sala obras de un periodo unas junto a otras, sino de explicar ideas y conceptos, de contar historias a través de una serie de argumentos que proponen nuevas formas de mirar y comprender diversas realidades de la pintura gótica.

Por último, con motivo de esta instalación y gracias al apoyo de la Fundación Iberdrola Española, se han completado varias restauraciones significativas como ‘Santiago Peregrino’, de Juan de Flandes, o ‘La Virgen con el Niño’, a tribuido a Pere Nicolau.