Día del videojuego
Moyorz, el streamer con discapacidad que esquiva las barreras de los videojuegos
- Con tres meses de vida se le rompió el primer hueso y los médicos pronosticaron a su familia que no llegaría a cumplir un año
- Lleva desde niño en silla de ruedas, se gana la vida como 'streamer' y reside con su pareja
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Aritz Acevedo, o mejor conocido en internet como Moyorz, tiene osteogénesis imperfecta o huesos de cristal. Su enfermedad le ha obligado a vivir en una silla de ruedas prácticamente desde que nació. A sus 35 años se ha convertido en una de las figuras públicas más reconocidas del streaming entre los jóvenes.
Con tres meses de vida, su familia se encontraba en un evento jugando con Aritz cuando “escucharon un crujido y empecé a llorar”. Explica que al llegar al hospital, los médicos observaron que tenía muchas fracturas e incluso “llegaron a pensar que mi madre me maltrataba”. “Me dieron tres meses de vida, y con 35 años sigo aquí”, recuerda en una entrevista a Servimedia.
La adolescencia también fue complicada porque el cuerpo se encuentra en constante cambio. “Me pusieron una bomba de morfina, pero por los efectos secundarios decidí aguantar los dolores”. Gracias a un tratamiento, a día de hoy, Moyorz se encuentra “bastante mejor”.
Actualmente, lleva años sin romperse ningún hueso, pero reconoce que “ahora es mucho más doloroso que cuando era crío porque los huesos ya están formados”. Antes tenía una tolerancia al dolor “muy alta” porque se fracturaba huesos todos los días.
Su familia ha sido un gran apoyo para él, sobre todo su madre. Moyorz relata que desde pequeño ha tenido mucha vitalidad, hasta el punto de que "jugaba al fútbol con la silla”. Pese a las dificultades, sostiene que su infancia fue “lo más normal posible dentro de las limitaciones”. Su madre le “dejaba disfrutar porque no sabía lo que iba a durar”.
No solo tiene el apoyo de su familia, también el de su pareja, Cecilia, quien tiene esclerosis múltiple. Se conocieron a través del canal de YouTube de Moyorz y desde hace cuatro años son “un equipo, nos apoyamos mutuamente”.
UNA PASIÓN DESDE NIÑO
A los 4 años, Moyorz tuvo su primer contacto con los videojuegos. “Mi madre decía: a ver qué puedo buscar para que mi hijo se entretenga y disfrute de la vida”. Aritz recuerda cómo desde pequeño jugaba a la consola con ella en el salón, donde "pasaba horas y horas”. Gracias a los videojuegos, ha podido hacer frente a etapas duras de su vida, ya que cuando “juegas desconectas un poco de tus problemas”.
Se inició en YouTube y Twitch hace siete u ocho años y desde entonces Moyorz ha hecho cosas que nunca se hubiera imaginado. “Quien me iba a decir a mí que iba a ir a Nueva York, que iba a estar en Movistar Riders y ahora con la UCAM, o que he colaborado con la ONCE”.
Actualmente, Moyorz cuenta con 187.000 seguidores en YouTube y 131.000 en Twitch. Aunque se encuentra en muchas redes sociales, Aritz “disfruta más” haciendo directos porque habla con su comunidad. Por eso destaca que “Twitch es diferente, hay más cercanía”.
Gracias a su esfuerzo y dedicación, Moyorz ha conseguido que su trabajo consista en ser ‘streamer’ y tener una vida autónoma. Explica que actualmente vive de ello y añade que, “si no lo hubiese hecho, igual estaría en una residencia o con mis padres”.
NO TODO ES COLOR ROSA
Moyorz denuncia que en internet “la mayoría de las páginas no están adaptadas”, por lo que la persona con discapacidad es la que se adapta “con su ordenador y con el programa de cada uno”. Sin embargo, asegura que progresivamente se comienzan a introducir nuevas herramientas de accesibilidad en páginas como Twitch.
En su profesión ha encontrado prejuicios, sobre todo al principio. “Cuando empecé, no conocía a nadie con discapacidad en internet”. Reconoce que estos últimos años se ha ido normalizando la discapacidad, aunque sentencia que “el día que no se hable de integración, se habrá acabado todo” de verdad porque la normalidad total habrá llegado por completo.
Moyorz ha recibido muchos comentarios. “Hay gente que me ve como un ejemplo de superación”, pero él no se ve del mismo modo. “Muchas veces no soy consciente de lo que puedo ayudar a la gente”. Sin embargo, “no todo es de color de rosas”.
También ha recibido mensajes negativos. Al principio le afectaban. Aún recuerda el primer comentario malo que recibió: “Si te veo por Pamplona, te tiro de la silla”. Aunque ya no le dañan, Aritz reconoce que el ser humano se centra en lo negativo.
Twitch le ha traído cosas buenas, pero reconoce que también “es un trabajo muy duro y la gente cree que no”. Reconoce que ha pensado en numerosas ocasiones en dejar el mundo de internet, pero añade que piensa "seguir haciendo lo que me gusta e intentando ser feliz”.
(SERVIMEDIA)
29 Ago 2023
BMG/jfl/pai