Borrell señaló que esta rebaja de precios se compatibilizará con un aumento de 5.000 millones de pesetas al año en el esfuerzo inversor de los puertos epañoles, para pasar de los 48.000 millones de 1994 a 53.000 en 1995, y sin recurrir a los Presupuestos del Estado, ya que desde 1992 las infraestructuras portuarias se financian con recursos propios.

Para mercancías como coches y vehículos industriales, maquinaria, motocicletas y sus componentes, electrodomésticos, confección, tejidos, equipos de telefonía, discos, pieles curtidas, material médico, algunos pescados, moluscos, crustáceos, etc, la rebaja será del 53 por cien, mientras que para pesca freca y congelada, por ejemplo, estará en tormo al 23 por cien.

La orden ministerial incluye también medidas para incentivar la seguridad medio ambiental en las empresas operadoras de puertos, como por ejemplo, hacer descuentos adicionales del 20 por cien a las compañías cuyos barcos tengan doble casco.

Estas medidas, según Borrell, permiten mejorar la competitividad de los puertos españoles, por los que pasa un 80 por cien de las mercancías que salen o entran en el país. Además, se les otorga un mágen de autonomía en la gestión suficiente como para ofrecer descuentos de hasta el 35 por cien en las tarifas pagadas por servicios directos.

A cambio, los puertos se comprometen a mejorar los mecanismos de transparencia en la gestión, para que las rebajas que no se queden en las empresas intermediarias, y repercutan en la competitividad de las empresas y los productos mediante un abaratamiento de sus costes de transporte.