Estos prouctores se unirán a los 50.000 agricultores de toda Europa, aunque predominarán los franceses, para presionar a los Gobiernos de los países miembros para que veten el preacuerdo firmado con Estados Unidos.

Las ejecutivas de los cuatro sindicatos agrarios españoles -UPA, ASAJA, COAG y CNJA- estarán presentes, que serán acompañados por parte de sus afiliados, la mayoría de los cuales se ha desplazado en autobús, aunque algunos han ido en coches particulares.

La Coordinadora de Organizaciones de Agrcultores y Ganaderos (COAG) ha movilizado cinco autobuses, fundamentalmente de Cataluña, con cerca de 400 personas. El Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (CNJA) ha desplazado tres autobuses desde Cáceres, Huesca y Gerona, y un total de 250 agricultores.

Por su parte, la UPA (Unión de Pequeños Agricultores) ha llenado dos autobuses y desplazado a unas 150 personas. Por último, fuentes de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) dijeron que de su organización irán otras 200 personas, aunqe no han movilizado transporte público.

Tanto COAG como CNJA tienen convocadas movilizaciones en diversas autonomías para esta semana. La primera de estas organizaciones agrarias tiene previsto una gran manifestación el día 11 de diciembre, a la que los demás sindicatos están estudiando unirse.

SOLBES SIN POSICION

Por otro lado, el ministro de Agricultura, Pedro Solbes, afirmó hoy en declaraciones a Radio Nacional que todavía no tiene una posición sobre el acuerdo del GATT "porque nos faltan aú ciertos elementos para tomar nuestra decisión a nivel técnico".

Solbes dijo que le preocupa que los agricultores españoles apoyen los problemas de la agricultura francesa y pierdan de vista los suyos, aunque consideró "lícito" que intenten concienciar a la población y forzar al Gobierno a una toma de decisión de lo "que ellos creen que son sus intereses".

El titular de Agricultura dijo que se podría llegar a un acuerdo en la CE sin Francia, ya que once estados miembros pueden tomar una decisión or mayoría cualificada, pero "cabe preguntarse si es sensato en la construcción europea actual dejar de lado y adoptar una decisión de forma clara contra la opinión de un país".

A su juicio, la no ratificación del preacuerdo crearía una situación "francamente grave", ya que se desataría la guerra comercial con Estados Unidos con medidas que afectarían directamente a los productos europeos.