Los primeros 500 agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) que han sido destinados a vigilar y velar por la seguridad de los Juegosllegarán a la Ciudad Condal el próximo miércoles, para reforzar la seguridad ciudadana mediante el incremento de los coches radio-patrullas.

Por ello, cobrarán una gratificación extraordinaria (unas 30.000 pesetas, según los sindicatos) el mismo día de su llegada a Barcelona y la dieta correspondiente, según una orden del subdirector general operativo, Agustín Linares. Sin embargo, trabajarán un mes seguido hasta su relevo y no podrán coger vacaciones en verano.

Pese a esta declaración de intencines, los sindicatos policiales exigen que no se vuelvan a repetir las carencias observadas durante la celebración de la Conferencia de Paz de Madrid, donde los agentes no tuvieron lugares apropiados para dormir y debieron alojarse en pensiones que pagaron de su bolsillo.

El fuerte dispositivo de seguridad, compuesto por unos 5.000 guardias civiles y 10.000 policías, pretende garantizar la paz en Barcelona, ciudad que la organización terrorista ETA considera "objetivo militar preferente", junto a Sevila, sede la Exposición Universal.

La banda armada comenzó su campaña de intimidación, aprovechando el eco mundial de ambos acontecimientos, el pasado 13 de diciembre, fecha en que asesinó a dos policías en Barcelona. Posteriormente colocó varias bombas en el centro de la capital hispalense.

Su última acción la perpetró la semana pasada, cuando dos jóvenes asesinaron al comandate del Ejército del Aire Arturo Anguera en las cercanías del anillo olímpico.

SEGURO Y SECRETO

El plan de seguridad e los Juegos Olímpicos, diseñado por el Centro de Coordinación de Seguridad Olímpica en 17 programas, está caracterizado por su secretismo, aunque que en él participarán, además de Guardia Civil y la Policía, la Guardia Urbana de Barcelona, los Mossos d'Esquadra, la Oficina de Seguridad del COOB, el Ministerio de Defensa y Protección Civil.

La primera fase, que será activada el miércoles, prevé incrementar la seguridad en torno al anillo olímpico, mientras son ultimados todos los detalles del protocol, que se cuidará hasta los más mínimos detalles, debido a la afluencia de personalidades durante los 16 días de competición.

Las fuerzas del orden controlarán la información interior y exterior, la desactivación de explosivos, las acreditaciones, la autoprotección de personalidades, las medidas a adoptar en caso de siniestros y la seguridad en el transporte, los alojamientos y la Villa Olímpica.

Los planes de seguridad incluyen la protección en las ceremonias oficiales y en los Juegos Paralímpico, la seguridad ciudadana, la atención a las víctimas de delitos y del espacio aéreo.

El Ministerio de Defensa colaborará en estas tareas con un contingente de 9.000 militares de los tres ejércitos, de los cuales 6.000 asumirán la vigilancia y protección de determinados objetivos.

Por su parte, Protección Civil ya ha establecido los planes de asistencia sanitaria, emergencias, servicios esenciales y las medidas de evacuación en caso de catástrofes y desastres.

Los medios tecnológicos también esempeñarán un papel importante, ya que una compleja red de ordenadores facilitará todos los datos que necesite la policía, al tiempo que coordinará a los agentes nacionales con la Interpol y las fuerzas de seguridad extranjeras que colaborarán con el Gobierno español en tareas de protección.