Esta es la tercera jornada de actos convocados con motivo del 70 aniversario de las Brigadas Internacionales que pretenden reconocer la actuación de 35.000 hombres y mujeres, procedentes de 52 países, que defendieron a la Segunda República durante la Guerra Civil.

El acto celebrado en la Sala de Columnas del Congreso fue un emotivo encuentro en el que los asistentes portaban insignias republicanas y claveles rojos. Los brigadistas, que superaban los 80 años de edad, escucharon en primer lugar la lectura de un poema de Rafael Alberti a cargo de Benjamín Prado.

Llamazares se dirigió después a ellos y les dió las "gracias en nombre de la libertad" y la bienvenida a la sede de la soberanía popular, 70 años después de que se violentara la legalidad constitucional de la II República.

Aseguró que los brigadistas representan "lo mejor de la nuestra historia reciente y lo mejor de la lucha por la libertad y la democracia" frente a quienes aún hoy "pretenden la impunidad del franquismo".

Llamazares aseguró que la izquierda se siente "orgullosa" de los brigadistas y reivindicó su herencia de solidaridad y su inspiración para los jóvenes que hoy luchan en "Palestina, en Iraq o en el Sáhara".

El líder de IU reafirmó la vocación republicana y federalista de la formación política que dirige y acabó su discurso con un "¡Viva la República!" que fue vitoreado con entusiasmo por los homenajeados.

Intervino también la presidenta de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, Ana Pérez. En representación de los brigadistas habló Kurt J. Goldstein, alemán de 92 años que es un símbolo viviente de la lucha contra el nazismo. Fue dirigente de las juventudes comunistas y del Partido Comunista Alemán.

Tras la llegada de Hitler al poder se exilió a Luxemburgo y Francia y se alistó en las Brigadas Internacionales. Al término de la Guerra Civil españolaregresó a Francia y fue deportado al campo de exterminio de Auschwitz, donde estuvo 30 meses tras los cuales fue conducido en la "marcha de la muerte" hacia el campo de Buchenwald, donde fue liberado.

Ahora vive en Berlín y es presidente del Comité Internacional de Auschwitz, fue distinguido con la Cruz del Mérito Alemán y desde 1996 tiene, como el resto de los brigadistas, la nacionalidad española.

Despues habló Matías Arranz, un aragonés de 92 años que se unió a las Brigadas como otros miles de españoles. Estaba afiliado a la UGT y las Juventudes Socialistas Unificadas. En la guerra perdió un brazo, tras lo cual se integró en la brigada Dombrowski, compuesta principalmente de polacos, y combatió en el frente del Ebro y en la batalla del Jarama.

Después se alistó en el Ejército de la Francia Libre, fue apresado por los nazis y estuvo en los campos de exterminio de Mauthausen y Gusen. Regresó a España en 1060 y vive en Vitoria.

"MILITARES MARICONES"

También intervino Lise London, francesa de ascendencia aragonesa y esposa del comunista checo Artur Londos, estaba embarazada cuando estalló la sublevación franquista y se dedicó a organizar las Brigadas Internacionales francesas. También estuvo en la resistencia francesa y encerrada en el campo de concentración de Mauthausen.

Su intervención fue la más política y apasionada. Criticó el abandono de las potencias europeas de la república española y se refirió a los golpistas como "esos militares maricones".

Por su parte, Carl Geiser, norteamericano y dirigente de la Federación Americana de Estudiantes y de la Liga de la Juventud Comunista, llegó a ser teniente del ejército y responsable de la escuela de comisarios en Tarazona.

Resultó herido en el frente del Ebro, fue hecho prisionero y estuvo en la cárcel del San Pedro de Cardeña junto a otros 650 voluntarios. De regreso a Estados Unidos entrevistó a 120 brigadistas y publicó el libro "Prisioneros por una buena causa".

Finalmente, Amaya Ruiz, hija de Dolores Ibarruri "La Pasionaria", intervino para dar lectura del discurso con el que su madre despidió a los brigadistas internacionales antes de finalizar la guerra civil.

El acto terminó con todos los presentes en pie y cantando la Internacional y el grito de "¡Viva España!, ¡viva el pueblo español!", pronunicado por uno de los homenajeados.

Los actos no terminan hoy. Esta tarde una representación reducida de los brigadistas será recibida por el presidente del Congreso, Manuel Marín. Después, el grupo se desplazará a Zaragoza y Barcelona donde continuarán los actos de homenaje.