Los mareos matutinos (ue pueden ocurrir en realidad a cualquier hora del día) pueden proteger, además, al bebé de químicos que llegan a deformar los órganos del feto.

Otra forma de protección natural es la aversión hacia un tipo determinado de alimentos, como carnes, pescado y huevos, que pueden portar micro-organismos dañinos y parásitos. Ambos efectos protegen la salud de la madre, ya que durante el embarazo el sistema inmunológico se suprime de forma natural para prevenir el rechazo del ser que se desarrolla en el úteroy también se reducen las defensas contra patógenos que se encuentran en los alimentos.

Por esta razón, los expertos consideran que aliviar esos síntomas con medicamentos o remedios naturales podría producir efectos secundarios peligrosos para la madre y el feto.

Tras el análisis de 56 estudios sobre mujeres embarazadas en 16 países, los expertos comprobaron que el 10% de las embarazadas que no sufrieron vómitos perdieron a su bebé, frente al 4% de las que sí tuvieron mareos matutinos. Sin embargo los médicos aseguran también que la mayoría de las mujeres de occidente tienen hijos sanos, experimenten o no mareos.