Solidaridad

Manos Unidas insta a compartir la riqueza para afrontar las desigualdades

- El 1% de la población tiene la mitad de la riqueza mientras 733 millones de personas sufren hambre

- La ONG católica llama a impulsar los valores en la economía en línea con las propuestas del papa Francisco

MADRID
SERVIMEDIA

Manos Unidas pone en evidencia que la desigualdad aumenta en un contexto de crecimiento económico, por lo que insta a compartir la riqueza para afrontar las desigualdades: "En un mundo con recursos más que suficientes, casi 733 millones de personas pasan hambre y 1.200 millones viven en la pobreza. No son cifras, son vidas. La desigualdad no es inevitable, es una decisión. ¿Y si decidimos compartir?”

Es la pregunta que planteó este jueves la presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar García, durante la presentación en Madrid de la nueva campaña, 'Compartir es nuestra mayor riqueza', en la que apoya alternativas de economía social y solidaria que contribuyan de manera eficaz al trabajo digno y decente, a la economía, la justicia y el desarrollo inclusivo y sostenible para los más empobrecidos.

La campaña busca promover en la sociedad española actitudes y estilos de vida y consumo coherentes con una verdadera prosperidad compartida que tenga en cuenta a las personas y comunidades más vulnerables. Según un estudio que se presentó en el acto, el 62% de la sociedad española vincula su prosperidad con el aspecto económico y solo el 14% asocia la riqueza con el hecho de compartir con los demás.

"Nuestro mundo se hace cada vez más desigual y esa prosperidad que medimos con parámetros que van más allá de lo meramente económico, no se distribuye de manera justa ni equitativa. Según el último informe de Crédit Suisse, solo el 1 % de la población mundial concentra más de la mitad de la riqueza global", dijo Cecilia Pilar García.

La presidenta se centró especialmente en los 160 millones de menores que se ven atrapados en las redes de trabajo infantil y a los 250 millones que no van a la escuela, lo que marcará para siempre sus vidas. Ha hecho referencia también a los 2.000 millones de personas que no tienen acceso al agua potable. Y de los 2.000 millones que sufren pobreza multidimensional. "O ese dato demoledor que asegura que 36 millones de niños sufren desnutrición aguda, lo que condicionaría su vida para siempre", denunció.

"Nuestro mundo pide a veces un cambio de mentalidad y un compromiso", dijo, que pasa por "mirar a los ojos a los demás" y tener esperanza en que se pueden cambiar las cosas.

El economista y profesor José María Larrú, reflexionó sobre la necesidad de transmitir valores de economía justa desde las facultades. "Es todo lo contrario, compartir es nuestra mayor riqueza".

Tenemos que avanzar hacia 'la economía de Francisco', que aglutina "movimientos insatisfechos" con la realidad que tratan de "poner a la persona en el centro". Y en ello, apuntó también a la necesidad de un reparto justo con 'discriminación positiva' a los colectivos más vulnerables y con una economía sostenible y "amiga de la vida".

ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

Ante este contexto, la ONG de la Iglesia católica propone apoyar alternativas de economía social y solidaria que contribuyan al trabajo decente, a la economía inclusiva y sostenible y a la justicia social como por ejemplo el testimonio de María Jesús Pérez, directora de Fundación Maquita (organización de economía social y solidaria y socio local de Manos Unidas en Ecuador).

La religiosa expuso la difícil situación que están viviendo los pueblos, principalmente rurales, de la costa, la sierra y la Amazonía en el país andino. Para ella, la organización comunitaria continúa siendo la gran esperanza para que estas comunidades sigan resistiendo y creando una economía que genere medios de vida dignos para todos. "Creemos que otra economía es posible. Estamos en un momento crítico, pero no nos desanimamos. La solidaridad nace del corazón", sentenció.

Regina Casado, misionera de las Hijas del Niño Jesús, 'Damas Negras', socio local de Manos Unidas en Senegal, recordó su trabajo para sensibilizar a la población sobre los problemas más importantes a os que se enfrentan y promueve un desarrollo inclusivo para todos. Desde 2002, la hermana Regina trabaja con las mujeres y jóvenes del barrio periférico de Sam Sam, a las afueras de Dakar. Su labor pasa por formar y empoderar a las mujeres. "Hoy son las jefas", bromeó, tras explicar que con la ayuda de Manos Unidas las forman en lectura pero también en oficios o labores domésticas, lo que ha provocado que creen redes solidarias y pequeños negocios, como uno de cocina bio.

(SERVIMEDIA)
06 Feb 2025
AHP/gja