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LA MALA MANIPULACION, LOS PARASITOS Y LOS AGENTES QUIMICOS, PRINCIPALES CAUSAS DEL DETERIORO DE LOS LIBROS

MADRID
SERVIMEDIA

Una manipulación incorrecta por parte de las personas, los parásitos y los distintos agentes químicos, son las principales causas que provocan el deterioro de los libros.

Según informa el diario digital "Consumer.es", en el apartado de los parásitos, las aproximadamente 70 especies diferentes de insectos que se nutren de alguno de los componentes de los libros constituyen el grupo más importante.

El papel está compuesto principalmente de celulosa, una materia vegetal que sirve de alimento a estos seres. Además del papel, ciertos adhesivos usados en la encuadernación y el apresto que recibe cada hoja de papel, si no se les agrega alguna sustancia repulsiva, también atraerán el apetito de diversos organismos nocivos.

Por otro lado, los materiales sintéticos como el plástico, utilizados en costuras, cubiertas o lomos de los libros, al igual que el cuero y la piel, tampoco se resisten al ataque de una gran variedad de insectos. Estos se alimentan de los hilos, cuerdas y telas de las encuadernaciones, puesto que también contienen celulosa

De entre todos ellos, las termitas suelen ser los más peligrosos; las cucarachas también hacen mucho daño y son comunes en bibliotecas y archivos: se comen el cartón, raspan etiquetas en los dorsos de los libros, atacan su encuadernación y ensucian el papel con sus deposiciones.

En cuanto a las mariposas y polillas, son sus larvas u orugas las que pueden atacar las obras, puesto que poseen aparato bucal masticador.

HUMOS Y GASES

Por último, gases y partículas también contribuyen al deterioro de las colecciones de bibliotecas y archivos. Los contaminantes gaseosos -especialmente el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno, los peróxidos y el ozono- provocan la formación de ácido en el papel y el cuero.

Asimismo, las emisiones de automóviles e industrias desde el exterior, y el humo de cigarrillos, el hollín, las máquinas fotocopiadoras, ciertos tipos de materiales de construcción, pinturas, selladores, sustancias limpiadoras, etc., desde el interior, son fuentes de contaminación de origen humano que constituyen otro peligro potencial.

¿Cómo se puede hacer frente a todos estos peligros? Los expertos señalan, entre las medidas de precaución más efectivas, el control de la calidad del aire, por medio de filtros químicos o extractores húmedos, o manteniendo en la medida de lo posible las ventanas exteriores cerradas.

Otra medida útil consiste en el almacenamiento de los ejemplares en estuches protectores. En los últimos años se están utilizado, además, microclimas específicos que limitan las posibilidades de proliferación de plagas y de paso se controla el contenido de humedad de los objetos, en este caso, los libros.

(SERVIMEDIA)
24 Abr 2005
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