Las irregularidades más frecuentes están relacionadas con el resguardo de depósito, es decir, el documento que acredita que el vehículo ha sido despositado en el taller. El 41,5 por ciento de los talleres inspeccionados no entregan este resgurado a sus clientes.

Otra de las anomalías más frecuentes en los talleres es la falta de hojas de reclamación, como demuestra la carencia de las mismas en un 36 por ciento de los establecimientos inspeccionados.

Igualmente se ha detectado que un 3,7 por ciento de los talleres no desglosan en las facturas las horas de trabajo empleadas en cada operación, sino que se limitan a indicar de forma global la mano de obra, lo que impide al usuario conocer con exactitud si la cantidad facturada por ese concepto es correcta.

En lo referente a la información que obligatoriamente han de mostrar a la vista del ususario, un 28,9 por ciento no expone de forma clara ni los precios aplicables por hora de trabajo ni los servicios que prestan, mientras que un 257 por ciento no informa sobre los precios que cobran por gastos de estancia.