Según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los hechos ocurrieron hacia las 4 de la madrugada, cuando los dos compañeros de piso -que vivían en el mismo en compañía de dos mujeres- mantuvieron una reyerta.

Las dos mujeres acudieron a comisaría para comunicar que, al llegar a su domicilio, les había sido imposible abrir la puerta, ya que estaban echados los cerrojos. Poco después, el presunto autor de las puñaladas se entregó encomisaría.

Los agentes acudieron a la vivienda y en el salón encontraron, envuelto en unas mantas y una colcha, el cadáver de Paulo Jorge G., que presentaba cinco puñaladas en varias partes del cuerpo. Alguien había intentado limpiar las manchas de sangre y había fregado el suelo.

Según parece, José Alfonso A. escapó por la terraza de la casa al escuchar ruidos en la puerta y sospechar que alguien quería entrar. Tras recorrer varias calles en el coche del fallecido, finalmente decidió entregarse n comisaría.