El método de entrada de la droga era a través de los llamados "culeros" o "correos mulas". Los introductores ingerían las bolas de cocaína envueltas en goma de preservativo en Medellín (Colombia). Cada persona se toma una media de 100 envoltorios de droga en un plazo de 2 dís acompañados de abundante yogur. Para su expulsión, generalmente por vía anal, disponen del plazo de una semana, pues a partir del séptimo día los jugos gástricos comienzan a deteriorar el látex, lo que puede originar la muerte de esa persona.

Una vez en Madrid, los miembros de la organización delictiva recogían y alojaban en un hotel al correo, generalmente un establecimiento de 5 estrellas del paseo de la Castellana, donde tenía lugar la expulsión de las bolas.

La organización contaba con al mnos dos pisos en Madrid, en los barrios de Ventas y Aluche. El primero de ellos, situado en la calle Amorós, parecía ser el centro desde donde se dirigía la recepción y venta.