El presdente de los comerciantes de libros viejos y antiguos de este lugar emblemático de la capital, Armando Castrillo, se entrevistó recientemente con responsables de Mobiliario Urbano para exponer varias reivindicaciones, algunas ya antiguas como la de los toldos.

Desde hace tiempo, los vendedores quieren que el ayuntamiento les ponga unos expositores exteriores cubiertos con lonas. Las mencionadas fuentes indicaron que las cubiertas podrían ser de color ocre claro, para que no desentone con el conjunto. De esta manera estarían protegidos del sol y de la lluvia, lo que no ve mal el ayuntamiento, aunque en cualquier caso exigirá que los tenderetes queden recogidos dentro de las casetas cuando finalice la jornada.

Otra cuestión señalada por los comerciantes es la iluminación de la calle, que en su opinión es insuficiente. El ayuntamiento estudiará si puede aumentar la potencia de las lámparas.

Asimismo, han pedido que Mobiliario Urbano amplíe "en dos o más casetas" este conjunto de interés cultral y turístico. El motivo es evitar que quede espacio libre en la parte inferior de la calle, donde se colocan vendedores ambulantes no autorizados "que venden de todo".

Los interlocutores municipales consideran acertadas estas demandas, que tardarán al menos un mes en ser aprobadas, según indicaron.