Según Javier López, "25 años después, CCOO de Madrid considera que la memoria histórica de la sociedad madrileña continúa en deuda con quienes pagaron con su vida la defensa de la libertad y los derechos de trabajadores y trabajadoras".

El dirigente de Comisiones considera que los abogados asesinados "fueron un ejemplo de tolerancia y víctimas de un terror no sólo injustificable, sino opuesto al sentido de la historia, que pretendía abrir puertas a una convivencia democrática".

Javier Lóez recuerda también que este dramático hecho fue "el último intento dictatorial de impedir, a sangre y fuego, el establecimiento de un régimen democrático en nuestro país", y sirvió para "poner de manifiesto la voluntad de mantener la serenidad, la convivencia y la solidaridad de todos los españoles, de todas las fuerzas políticas y sociales democráticas, y de los sindicatos de clase".