MADRID. LOS BOMBEROS BAJARAN MAÑANA EL CUADRO DE LA VIRGEN DE LA PALOMA, HALLADO HACE 210 AÑOS ENTRE ESCOMBROS

MADRID
SERVIMEDIA

Un piquete del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid bajrá mañana el cuadro de la Virgen de la Paloma, hallado en 1787, cuando la curiosidad hizo que unos muchachos encontraran entre un montón de material de desecho el lienzo de la entonces conocida como Nuestra Señora de la Soledad.

A cambio de unas pesetas, los muchachos dieron el cuadro a Isabel Tintero, una mujer conocida entre sus vecinos como "la beata", quien colocó la imagen en el portal de su casa, entre las calles Calatrava y la Gran Vía de San Francisco, muy cerca de la Glorieta de Toledo.

l parecer, todos los días acudía al portal de "la beata" una paloma que se refugiaba bajo el cuadro de Nuestra Señora de la Soledad, razón por la que los vecinos comenzaron a llamarla Virgen de la Paloma.

Según cuentan los cronistas de Madrid, ante la devoción que despertó la Virgen, Isabel Tintero construyó en 1792, con las aportaciones económicas de los fieles vecinos del barrio, una capilla en la que colocó el cuadro y que fue bendecida en 1796.

Las paredes de la capilla, que en su día fue saqeada por los franceses, eran adornadas con las ofrendas que dejaban los numerosos devotos que continuamente la visitaban para pedirle favores, especialmente las mujeres embarazadas, ya que la Virgen de la Paloma tenía fama de milagrosa.

El cuadro fue trasladado desde esa pequeña capilla al templo de la calle de La Paloma, en el que actualmente se encuentra. El santuario fue contruido por el arquitecto Lorenzo Alvarez Capra e inaugurado el 20 de marzo de 1912.

EN EL CABECERO DE UNA CAMA

Sin embago, en marzo de 1936, cuando España caminaba ya hacia la Guerra Civil, el cuadro del templo fue sustituido por una copia y entregado por el párroco del barrio al presidente de la Junta Parroquial, el señor Labiaga, quien decidió ocultar la imagen en su casa, en la calle Altamirano, entre las dos tablas del cabecero de su cama.

El sitio de Madrid hizo que el domicilio quedara en zona militar y que la familia de Labiaga abandonara el hogar tan precipitadamente que no tuviera tiempo de sacar mueble algun, dejándose a la Virgen allí mismo. Por esta razón, la mujer del presidente de la Junta Parroquial regresó a los pocos días a la casa.

La esposa de Labiaga pidió permiso al control militar para recoger una cama que necesitaba la familia; sin embargo, lo que se llevó fue el cabecero y aseguró a los soldados que regresaría por el resto.

Desde entonces, la Virgen permaneció oculta hasta el final de la guerra entre las dos tablas del cabecero, que fue depositado en una farmacia de la glorieta de San ernardo, propiedad de un hermano de Labiaga, tras lo cual regresó al templo en el que actualmente se la puede ver.

La copia que había quedado en el templo construído por Alvarez Capra fue sustraída durante el conflicto bélico por un zapatero del barrio, quien la mantuvo escondida en su domicilio hasta el final de la guerra, creyendo que se trataba del cuadro original.

(SERVIMEDIA)
14 Ago 1997
VBR