En la frontera, ellos y sus educadores fueron recibidos por voluntarios de Aldeas Infantiles Polonia. “Los niños y las niñas estaban tan cansados que no tenían fuerzas para comer ni beber”, señaló Aleksandra Granada, directora nacional de Aldeas Infantiles SOS Polonia. “Lo único que querían era irse a dormir y descansar. Afortunadamente, están sanos y salvos".

Apuntó que en la actualidad, la ONG realiza "un diagnóstico más detallado de las necesidades de estos niños, que están bajo el cuidado de médicos y psicólogos". El primer grupo de familias de acogida está alojado en la aldea de Biłgoraj.

La organización prevé que otro grupo formado por 21 niños y 6 educadores entre hoy en Polonia, y recordó que más de medio millón de personas han huido ya a los países vecinos.