Así lo afirmó durante su toma de posesión a las puertas del Palacio de San Telmo, en Sevilla, en la que estuvieron presentes numerosas personalidades como el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; o el de la Región de Murcia, Fernando López Miras; o el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

En su intervención, Moreno apuntó que su primera obligación como presidente de la Junta es “escuchar a los andaluces, sintonizar con sus preocupaciones y entender sus deseos”. En este sentido, remarcó que su forma de gobernar es hacer kilómetros y estar cerca de los andaluces, porque “cuanto más se conoce Andalucía, más se la ama”.

El presidente de Andalucía destacó que su comunidad tiene que seguir avanzando “desde el trabajo y desde la humildad”, y apostó por continuar trabajando con “esfuerzo y capacidad”. En este sentido, añadió, “quiero que Andalucía sea una referencia de prosperidad y bienestar”, por lo que mostró su “firme determinación” en trabajar para que así sea.

"No quiero mirar atrás", sino "trazar nuevas rutas", subrayó Moreno, quien incidió en que se abre una etapa "de nuevas ambiciones, ideas y proyectos" y “comienza un tiempo de ambiciones renovadas que afronto con enorme responsabilidad e ilusión”. Por ello, apostó por “perseguir juntos nuevos horizontes de progreso y bienestar” y “soñar tan alto como podamos imaginar”.

También hizo referencia a la coyuntura actual de guerra en Ucrania, crisis energética, elevada inflación y "polarización creciente" en la sociedad para decir que "no existen varitas mágicas ni soluciones inmediatas, pero sí un Gobierno sólido con determinación y con confianza en Andalucía".

Por último, recordó las palabras de la intelectual andaluza María Zambrano que dijo que ‘No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero’.