La exclusión de Montero de la candidatura encabezada por Yolanda Díaz en la nueva formación Sumar fue una de las cuestiones más espinosas con las que tuvo que lidiar la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones durante las negociaciones con Podemos.

Finalmente, tras el mal resultado electoral de Podemos y sus marcas en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo y la renuencia del resto de los partidos que conforman Sumar a su inclusión en las listas hizo que Irene Montero diese un paso a un lado.

Tras una tregua durante la campaña electoral del 23-J, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, atribuyó el resultado de Sumar en las elecciones (31 escaños frente a los 38 de Podemos en 2019) a que Yolanda Díaz había decidido "renunciar" al feminismo, una alusión velada a la ausencia de Irene Montero en las listas.

Irene Montero e Ione Belarra entraron juntas al hemiciclo del Congreso a las 9.37 horas. Se sentaron solas en los sillones azules reservados a los miembros del Gobierno, aisladas del resto de diputados de Sumar y del PSOE, que departían entre sí o con parlamentarios de otras formaciones. Únicamente se acercó a ellas para saludarlas el secretario general del PCE y diputado de Sumar, Enrique Santiago.

Antes de entrar al salón de plenos, Belarra se paró para atender a los medios, augurado que la sesión de este jueves sería "de infarto" ante lo ajustado de la situación para elegir a la nueva presidenta del Congreso.

Por su parte, Irene Montero optó por la discreción y prefirió no hacer declaraciones.