El nuevo cierre consiste en la instalación de unas rejas en cada uno de los 26 arcos de los soportales que dan acceso a la plaza, que han sido realizadas en un forjado similar al del interior de la plaza y del que existe en la entrada principal de la Monumental, la Puertade Madrid.

Según explicó Virgilio Cano, el cierre de los arcos, cada uno de los cuales tiene una reja de dos hojas con giro en el centro, no interrumpe, una vez abiertos, el paso de las personas, ni supone un riesgo en caso de tener que evacuar la plaza.

Asimismo, el coso taurino cuenta a partir de hoy con nueva iluminación, que, con el mismo diseño que la instalada el pasado año, reforzará a la ya existente, por lo que los responsables de la CAM solicitarán al ayuntamiento que suprima unas farols de su propiedad.

Cano afirmó que el cerramiento y la iluminación serán suficientes para evitar "el hacinamiento de mendigos y otro tipo de prácticas que afeaban este edificio".

El responsable de asuntos taurinos reconoció que en los últimos años esos "pequeños problemas" habían aumentado. Indicó que aunque primero acudían sólo mendigos y gente sin techo, en los últimos años algunas personas iban a las arquerías para mantener relaciones sexuales de todo tipo, "pero no se ha detectado tráfico de rogas", añadió.

Afirmó que las quejas que motivaron la aplicación de esta medida procedieron de los aficionados y de los propios trabajadores de la plaza, ya que todavía no había sido percibido como un gran problema por los vecinos.

Por último, Cano aseguró que la CAM continuará enriqueciendo y cuidando la plaza permanentemente, porque, comentó, "no en vano es uno de los principales patrimonios de la ciudad, no sólo como algo arquitectónico, sino cultural, y como conciencia viva de algo tan inmero en la mente de los madrileños como es la fiesta de los toros".