La Iglesia pide en el documento a as autoridades españolas en los distintos niveles del Estado que, tanto en la elaboración de leyes referentes a los migrantes como en su aplicación, "se respete la dignidad de la persona humana y se garanticen sus derechos concretos".

Según manifiesta el Episcopado en el documento, se ha producido un deterioro de las relaciones de la población nativa con los extranjeros "especialmente con los provenientes del norte de Africa, con los de raza negra y con los sudamericanos".

El documento episcopal borda en una primera parte el panorama actual de los migrantes y sus familias en España y resto de Europa; en la segunda refleja la posición de la Iglesia ante este tema; y en el último punto recoge la vertiente ético-política del fenómeno de las migraciones.

Respecto a la importacncia de los medios de comunicación ante los problemas que se derivan de la migración, la Iglesia les insta a actuar en negativo, denunciando situaciones de explotación y brotes de racismno y xenofobia, y en positivo, difundindo la "valiosa aoprtación de los inmigrantes al país receptor".