Los niños oncológicos y otros pacientes que tienen bajas las defensas no pueden ingerir alimentos que contengan bacterias, que pueden estar presentes en productos crudos o poco cocidos, por ello, todos los alimentos han de pasar por largos tiempos de cocción.

Este es el primer centro hospitalario que emplea este sistema de cocinado. Hasta ahora, para preparar estas dietas especiales y lograr la baja carga bacteriana requerida, se utilizaban unas ollas a presión donde se introducían los alimentos una vez cocinados. Ahora, con la adquisición del horno y de una máquina envasadora, la comida de cada niño se envasa al vacío previamente de forma individual, y a continuación se mete en el horno a la temperatura adecuada para eliminar los gérmenes.

Con el envasado al vacío se consigue la pasteurización de las comidas. El proceso consiste en introducir los alimentos en una bolsa y extraer el aire que contienen en un 99,98 %, eliminando el oxígeno y prácticamente todos los aerobios posibles. A continuación, los alimentos envasados se introducen en el horno especial ajustando el tiempo de cocción a la necesidad de cada producto.

El empleo de este horno ha recibido una respuesta muy positiva entre los niños que han probado los platos cocinados. Para Consuelo Pedrón Giner, del Servicio de Gastroenterología, "los pacientes notan que los alimentos tienen mejor presentación y han ganado en sabor, de modo que comen mucho mejor, algo muy importante para su adecuada recuperación".

Pedrón Giner explica que los procesos de desnutrición están relacionados con el aumento de infecciones, mayor gravedad, tasa de complicaciones y duración de la estancia hospitalaria, y los niños que comen bien no desarrollan dichos procesos. "No hay mejor medicina que realizar una adecuada alimentación", concluye.