Lo hizo en su intervención en la sesión de la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado que hoy debatió un informe impulsado por el PP sobre el contenido de ley de la proposición de ley de amnistía. Allí comenzó diciendo que el legado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, podrá resumirse en que “con él la vedad se convirtió en un acontecimiento póstumo” por su “batalla feroz contra las evidencias”.

Guardiola se negó a que se llame polarización a que unos, supuestamente los socialistas, “nos digan barbaridades”, y los populares las critiquen, y denunció que “España es sus instituciones” y ahora “una arquitectura que tiembla por el descrédito” en que incurre el Gobierno. Contrapuso que la amnistía “no es una salida” sino “el laberinto”, y no es una reconciliación sino “la legitimación de una ruptura”.

La presidenta extremeña dijo que mira a Cataluña “con cierta extrañeza”, por ser “una tierra querida donde viven muchos extremeños” y descendientes de ellos y que se construyó, entre otras, “con manos extremeñas”. Una tierra cuya “élite a la que Pedro Sánchez le ha perdonado sus delitos pretende darnos lecciones” mientras “rompe” la solidaridad y las instituciones y “negocia a espaldas del resto de comunidades autónomas”, gracias a ser “interlocutor privilegiado de un Gobierno que, por siete votos, come de su mano”.

Guardiola dedicó sus últimos minutos a criticar al Gobierno de España, o “desgobierno”, según le llamó, por tener todos sus despachos dedicados “a la propaganda, a justificar lo injustificables”, de forma que hasta ha renunciado a los Presupuestos Generales del Estado. Y terminó comparándolo con “un grupo salvaje que responde con fuego a cualquier intento de diálogo”.